Columnistas

Las “Conversaciones para el alma”

08 de octubre de 2016

Calmada, segura y ajena a los vaivenes de la indecisión. Está vestida con una camisa capaz de revelar sus hombros bronceados que recuerdan el mar, un lugar que le gusta. En la sala de su casa, Mercedes Villegas cuenta que fue en ese sitio de la naturaleza donde empezó parte de lo que vive. Recuerda que un día empacó maletas y con su marido y tres hijos, viajó hasta el mar para desconectarse un par de meses. Al principio se sentía rara cuando no revisaba el celular o el correo electrónico. Sin embargo, cada día fue más fácil hasta que llegó a un estado de tranquilidad y conexión con ella. “Empezaron a llegarme imágenes de auditorios donde veía mucha gente”.

A su regreso a Medellín y con el camino claro, creó con su socio William Fernando Sánchez lo que llamó “Conversaciones para el alma” y consiste en un ciclo de conferencias con expertos que ayudan a la gente a encontrar su bienestar. Para comenzar ese su sueño, la apoyó incondicionalmente el hombre que cree en ella y la acompaña en sus proyectos: Martín Garat, su esposo.

Esta mujer de acento costeño y hablar pausado, había hecho parte del diplomado “El amor es hoy” que realiza Luis Carlos Barbotto, un hombre que después de perder a su hijo por un improbable cáncer de corazón, empezó a ayudarles a muchos a superar duelos y a mostrarles el poder del amor.

Mientras estaba en ese programa, conoció a William Fernando Sánchez quien habló sobre cómo ser la mejor versión de sí mismo, hacernos cargo de nosotros y lograr coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Junto a él decidió crear esta iniciativa con el propósito de “presentar y poner al alcance de todos, conferencias-talleres impactantes e inspiradores”. “Quise ofrecerlos a un bajo costo para que la información llegue a muchos y poder ayudarles”. Cree que “nadie puede brindar afuera lo que no construye primero adentro y el mundo exterior siempre será el reflejo de nuestro mundo interior”.

Y agrega que la felicidad no está en las cosas exteriores ni en otras personas sino dentro de cada uno.

A través de sus invitados, los asistentes aprenden sobre la importancia de amar a los demás sin expectativa y a aceptarlos como son sin buscar en ellos los ideales que tenemos en mente. Sobre qué es la felicidad y cómo lograrla, dice que lo importante es dejar a un lado el miedo y estar solo en situaciones que den “paz y gozo”. Respecto a algunos cuestionamientos, explica que en estos eventos lo central es el contenido y no la tendencia religiosa o el origen del invitado. “La idea es que la gente se conecte con el mensaje”.

Dice estar feliz en Medellín y se alegra cuando ve a la gente ser consciente de sus acciones. “Cada semana escucho un testimonio que me emociona como un hermano que al salir de una conferencia nuestra volvió a hablarle a otro después de treinta años o una pareja que se reconcilió”. Después de oírla o verla ante un auditorio repleto de gente, volvemos al origen: el poder de lograr lo querido lo adquirimos realmente cuando creemos en nosotros mismos y poder elegir es una de las fortunas que tenemos los humanos.