LAS HABILIDADES SOCIALES SUPERIORES DE LOS BILINGÜES
El ser bilingüe tiene obvias ventajas. Aprender más de un idioma permite nuevas conversaciones y nuevas experiencias. Pero en años recientes, investigadores de psicología han demostrado algunas ventajas menos obvias del bilingüismo también. Por ejemplo, niños bilingües podrán disfrutar de ciertas ventajas cognitivas, como mejor función ejecutiva, la cual es crítica para la resolución de problemas y otras actividades mentalmente exigentes.
Ahora, dos nuevos estudios demuestran que la exposición multilingüe mejora no solo las habilidades cognitivas de los niños sino también sus habilidades sociales.
Un estudio desde mi laboratorio de psicología del desarrollo, demuestra que los niños multilingües pueden tener mejores habilidades de comunicación que niños monolingües.
Tomamos un grupo de niños en los Estados Unidos, entre los 4 y 6 años de edad, de diferentes antecedentes lingüísticos, y les presentamos una situación en la cual tenían que considerar el punto de vista de otra persona para comprender su significado. Por ejemplo, un adulto dijo al niño, “¡oh, un carrito! Puedes mover el carrito pequeño?” Los niños veían tres carros, pequeño, mediano y grande, pero estaban en posición de observar que el adulto no podía ver el carro más pequeño. Dado que el adulto solo podía ver los carros mediano y grande, cuando dijo carro “pequeño”, debía estarse refiriendo al ‘mediano’ del niño.
Encontramos que los niños bilingües son mejores que los niños monolingües en estas tareas. Si lo piensa, esto tiene sentido intuitivo. Interpretar lo que alguien habla con frecuencia requiere de prestar atención no sólo a su contenido, sino también al contexto que lo rodea. ¿Qué sabe o no sabe un hablante? ¿Qué quería expresar? Los niños en ambientes multilingües tienen experiencias sociales que ofrecen práctica rutinaria en considerar los puntos de vista de otros: tienen que pensar en quién habla cuál idioma a quién, quién entiende cuál contenido, y las ocasiones y lugares en los cuales los diferentes idiomas se hablan.
De manera interesante, también encontramos que niños que efectivamente son monolingües pero con regularidad son expuestos a otro idioma, eran igualmente talentosos que los niños bilingües en esta tarea.
Podría preguntarse si nuestros descubrimientos podrán ser explicados como simplemente otro caso de mejores habilidades cognitivas que se han observado en los niños bilingües. Encontramos que los niños bilingües se desempeñaron mejor que los niños monolingües, pero que los niños que efectivamente eran monolingües pero estaban expuestos a otro idioma con regularidad no lo hicieron. Estos niños ‘expuestos’ se desempeñaron como monolingües en la tarea cognitiva, pero como bilingues en la tarea de comunicación.
En un estudio subsecuente, examinamos los efectos de la exposición multilingüe en niños aún más jóvenes: bebés entre 14 y 16 meses de edad. En este estudio mostraron a los bebés dos versiones del mismo objeto, como un banano, uno de los cuales era visible tanto para el bebé como el adulto, y el otro visible para el bebé pero escondido de vista del adulto. Cuando el adulto pidió ‘el banano’ al bebé, el bebé le podía entregar cualquiera de los dos objetos -al fin y al cabo ambos eran bananos- pero si el bebé entendía el contexto social, con más frecuencia alcanzaría el banano que el adulto puede ver.
Encontramos que bebés en ambientes monolingües alcanzaban los dos bananos con igual frecuencia. Los bebés en ambientes multilingües, ya entendían la importancia de adoptar el punto de vista de otro para la comunicación. Con más frecuencia alcanzaban el banano que el adulto podía ver.
La exposición multilingüe, parece, facilita las habilidades básicas de la comprensión interpersonal.