Lejos de Singapur
Hace varios días, unos colegas que trabajan en colegios fueron invitados a una conferencia sobre el exitoso método educativo de Singapur. La mujer que lideró el encuentro explicó apartes de la estrategia del país asiático: clases de matemáticas donde los niños se divierten y se involucran, grupos pequeños donde el profesor atiende las inquietudes de cada estudiante, material didáctico realizado por los mejores, equipos tecnológicos en cada salón, un sistema que valora a los profesores, capacitaciones constantes y apoyo a investigación.
Para convertirse en un país desarrollado y con ingresos per cápita altos, Singapur comenzó desde los años 70 a centrar sus esfuerzos en la educación. El año anterior destinó en ella 11.5 billones de dólares, alrededor del 3 por ciento de su PIB, y 33.000 funcionarios trabajaron por el buen desempeño de 360 escuelas. Además de incrementar el presupuesto, Singapur involucró a políticos, legisladores, profesores, empresarios y científicos en el tema. Logró que se pusieran de acuerdo en trabajar para el mismo objetivo. Asimismo, creó la Agencia para la Ciencia, Tecnología y la Investigación que trajo de vuelta al país científicos que estaban en el exterior e integró la academia con la economía y la ciencia. Los integrantes de este organismo fijaron planes que han permitido educar bien a los niños desde el Preescolar para que luego sean profesionales capaces de aportar a su sociedad. Aunque el modelo Singapur tenga críticos por ser estricto o dejar a veces por fuera ciertas emociones, ese país dejó de ser emergente y se transformó ya en una nación destacada. En marzo, la ministra de Educación, Gina Parody, dijo que Colombia implementará ese sistema educativo. Pero esto se ve inviable cuando uno oye al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, negar que sea bajo el presupuesto invertido en Ciencia y Tecnología. Colombia solo destina alrededor del 0.2 por ciento de su PIB a este sector mientras países como Corea, que estuvieron en vías de desarrollo, invierten ya alrededor del 4.5 anual de sus recursos en ellos. ¿Cómo va a aplicar Colombia el modelo Singapur cuando hay niños sin comer en las escuelas? ¿Cómo vamos a destacarnos cuando en muchos colegios no han visto en años a ningún funcionario del Ministerio de Educación? Las estrategias recientes del Gobierno Nacional parecen más mediáticas que profundas. El llamado Día E de la excelencia educativa fue una jornada en la que las familias se ingeniaron qué hacer con los niños sin clase mientras profesores evaluaban algunos resultados que no correspondían con la realidad. Algunos colegios recibieron calificaciones sobre su entorno físico basadas en percepciones de los estudiantes y no en análisis técnicos. Aunque en Antioquia la educación sea un poco mejor que otros lugares del país, las cifras e imágenes demuestran que mientras los recortes se sigan haciendo en investigación y en profesores y no en sueldos de funcionarios o puentes para los carros, seguiremos estando lejos, muy lejos de Singapur.