Columnistas

Los gozos de la Novena de Aguinaldos

20 de diciembre de 2017

¡Oh Sapiencia Suma! ¡Oh lumbre de Oriente! Son algunas de las frases con las que comienzan los gozos de la Novena de Aguinaldos que por estos días se reza en tantos hogares, especialmente de Colombia, y en otros lugares donde algún colombiano ha llevado esta tradición en la que meditamos sobre el tiempo de espera del nacimiento del Niño Jesús.

La versión original de la Novena de Aguinaldos fue escrita por el ecuatoriano Fray Fernando de Jesús Larrea en el año 1700.

La madre María Ignacia, monja de La Enseñanza de Bogotá escribió los gozos o aspiraciones para la venida del Niño Jesús. Sin embargo las frases iniciales de la mayoría de gozos no son exactamente frutos de la creatividad de la madre María Ignacia. Ella se basó en las tradicionales “Antífonas de la oh”, compuestas entre los siglos VII y VIII, que consisten en pequeñas frases que se recitan entre el 17 y el 23 de diciembre en el rezo de las vísperas (oración de la tarde) para introducir el cántico del Magníficat. Se les llama “De la Oh” porque comienzan todas con esta palabra, seguida por un título mesiánico dado en el Antiguo Testamento y luego con una frase que expresa el deseo de la llegada del Salvador del mundo.

Estas son las antífonas que se rezan cada día y las cuales fueron tomadas para la composición de los gozos o aspiraciones para la venida del Niño Jesús en la Novena de Aguinaldos:

Dic. 17: Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven muéstranos el camino de la salvación.

Dic. 18: Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de tu brazo.

Dic. 19: Oh renuevo del tronco de Jesé (no de José, como han traducido erradamente algunas versiones de la Novena. Jesé era el padre del Rey David, ancestro de Jesús n.d.r.) que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más.

Dic. 20: Oh llave de David y cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

Dic. 21: Oh sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

Dic. 22: Oh rey de las naciones y deseado de todos los pueblos, piedra angular de la Iglesia que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.

Dic. 23: Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.

La Novena de Aguinaldos conserva y extiende estas oraciones que, en medio de los días ruidosos y de consumismo loco nos permiten hacer una pausa y recogernos y meditar en lo que verdaderamente se celebra en la Navidad: La venida de Dios mismo a la tierra, del Mesías esperado y anunciado por los profetas durante milenios, para liberarnos de la esclavitud del mal, abrirnos las puertas del cielo y enseñarnos el rostro del verdadero hombre.