Columnistas

Los intocables

25 de mayo de 2018

La doble moral del antioqueño quedó expuesta con la solidaridad de facto manifestada hacia las Empresas Públicas de Medellín e Hidroituango.

Mientras nadie duda de un respaldo para sortear la difícil situación generada en la región del norte y el Bajo Cauca, eximir a las Empresas de su responsabilidad sin siquiera mediar una investigación somera, es una actitud inexplicable, una exoneración casi escandalosa porque allí hay asuntos por aclarar.

El antioqueño de hoy, tal como el de antes, sigue convencido de que es una raza superior y que además es perseguida. (Hablamos en general).

Ese viejo concepto de raza, hoy desvirtuado por la ciencia, pues aunque nos cueste solo somos parte de la especie Homo sapiens, como los demás 7.500 millones de humanos del planeta.

Pero esa idea de razas que floreció hace unos siglos es hoy algo cercano a la eugenesia, y vive aún en el ideario popular y en parte de la clase política y dirigente. Dice un artículo en Arcadia que en 1909 el abogado y político Libardo López hablaba de una raza superior en Suramérica, la de Antioquia. Un gran contraste con las palabras con las que en 1788 el regenerador Mon y Velarde se refería a la gente de esta región: pobres, desdichados y ociosos.

Pero ese no es el cuento acá. Sobre Hidroituango hay dudas no resueltas. Una obra que, lo escribí hace tiempo, es ejemplo de la aplanadora paisa, que saca proyectos a pupitrazo limpio incluso contra la razón y acusa de frenar el progreso a quien se opone.

(¿No han visto que cuando se hace una nueva obra, sea en Medellín o en otras regiones, siempre se habla ‘de la más grande’, ‘la más larga’?)

Lo de esta hidroeléctrica no es una contingencia. Fue un problema geológico. ¿Podía haberse detectado? Y existió apresuramiento para taponar los túneles de desviación, como sugieren ingenieros.

Esto sin hablar de lo ambiental, ni de los reclamos comunitarios. ¿Quién está asesinando a personas opuestas a la obra? Además hay dudas sobre la contratación, que deben dilucidar los entes de control.

Sí, creo que hay que investigar. No puede ser que cuando toca con Antioquia exista un blindaje casi automático de la dirigencia.

Que investiguen y si no hay nada anómalo, que se diga; si no, que se actúe y sancione. O que la dirigencia paisa saque un listado de entidades y personas intocables, al menos para ir sabiendo.

Maullido: y se viene otra hidroeléctrica a pupitrazo.