Columnistas

Marcharse sin mirar atrás

08 de diciembre de 2018

Por Sara Alejandra Marín

Universidad de Antioquia
Facultad de Periodismo, 4° semestre saralejandramarin@gmail.com

Cientos de venezolanos cruzan la frontera día a día en búsqueda de nuevas oportunidades. Forzados, entre otras cosas, por la difícil situación económica y política que se padece en su país, ninguno o pocos de ellos imaginaron que alguna vez tendrían que marcharse sin mirar atrás.

Tomar la decisión de abandonar el país de origen para adentrarse en un nuevo lugar de residencia nunca será una decisión fácil para nadie y mucho menos cuando optar por una opción puede cambiar drásticamente la calidad de vida de uno o varios seres queridos.

Y es que muchos venezolanos se encontraron en una complicada encrucijada: seguir en su país donde ni siquiera el salario de un trabajo agotador es suficiente para adquirir todos los productos básicos de la canasta familiar o simplemente abandonar todo lo que habían construido durante años o quizá toda una vida.

El cambio a veces tan caótico también se presentó para muchos venezolanos como una salida que mostraba la ocasión perfecta para huir de una situación economía desastrosa y empezar desde cero en un nuevo país, entre estos Colombia, donde importa poco todo lo que alguna vez fueron, hicieron, tuvieron, o el cargo que desempeñaron, acá se podría decir que todos adquirieron un estado de igualdad.

Tristemente algunos venezolanos han padecido desprecios, hechos violentos que atentan contra su integridad física y emocional. Afirmar que todos los venezolanos que han llegado al país tienen buenas intenciones es un error, al igual que afirmar lo contrario, pero no es preciso tacharlos a todos por las malas actuaciones de algunos.

Muchas veces en las peores circunstancias el ser humano reluce capacidades que por mucho tiempo mantuvo ocultas y precisamente es lo que ha sucedido con miles de venezolanos que han reflejado un poder de resiliencia admirable.

Los colombianos tenemos la oportunidad de recordar todo lo que nos une con el país vecino, afirmar los viejos lazos y crear lazos de amistad que no se debiliten, ser solidarios y disminuir desde la cotidianidad el odio que ha crecido sin razón en contra de ellos.

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