Columnistas

MOMENTOS DIFÍCILES PARA EPM

19 de noviembre de 2015

No se trata solo del tronado fenómeno de El Niño, el que tiene en aprietos las finanzas del Grupo EPM. Un problema más fuerte que el de la falta de agua preocupa más a sus directivas. Me refiero a los no muy satisfactorios resultados financieros del tercer trimestre de la entidad, que mostraron un decrecimiento en el consolidado del año.

Al menos no se recuerda un balance tan negativo de EPM durante su historia. En los nueve primeros meses del año, las ganancias bajaron 59 por ciento, pasando de 2,24 billones en 2014 a 926 mil millones de pesos en estos meses del año. Igual se espera que el flujo de caja se afecte por las graves consecuencias que el fenómeno de El Niño pueda tener sobre la operación del sistema de generación de energía.

Los efectos de la deuda en dólares de la empresa impactaron negativamente en una cifra cercana a los 600 mil millones de pesos, a lo que se suman los mayores gastos por intereses por un valor de 339 mil millones de pesos y las secuelas que dejaron las nuevas obligaciones tributarias, como el impuesto a la riqueza.

Además, para complementar el desalentador panorama de la entidad, la Contraloría declaró recientemente que se presentó por parte de Empresas Públicas de Medellín un posible incumplimiento en el principio fiscal de eficiencia y un eventual detrimento patrimonial, el grupo EPM compró unos bienes muebles por valor de 2.700 millones de pesos y no los usó.

Por estas y muchas otras razones se pide que los excedentes de la llamada joya de la corona de Medellín, no se desvíen del objeto social previsto en sus estatutos: y más bien se dirijan de una manera moderada al desarrollo de programas integrales, que sirvan para disminuir las desigualdades sociales de Medellín, incluido ese segmento de desconectados por las altas tarifas de energía.

Son muchas las tareas pendientes para la administración entrante, en cabeza del ingeniero Jorge Londoño de la Cuesta. Pero estamos seguros de que llevará a EPM por la senda del buen manejo y de un planificado fortalecimiento empresarial, más allá de un desmesurado crecimiento.

Es por eso que en estos momentos difíciles para la empresa en materia financiera, es ineludible una revisión pertinente de la organización hacia los negocios internacionales.

De otro lado, preocupa el deteriorado clima organizacional de la compañía, la cual siempre se destacó como la mejor para trabajar en Antioquia. Por eso estamos seguros de que esta nueva administración también llegará mirando hacia adentro, para ver qué pasa, y encontrar el porqué se ha enrarecido la situación laboral allí.

Comienza entonces una nueva era para el Grupo EPM, de la cual se espera que la calidad de vida de la población y la eficacia en la prestación de los servicios públicos domiciliarios, así como el bienestar de su equipo de trabajo, sigan siendo el motor de la excelencia empresarial.

*Exgerente general de EPM.