No basta con sumar
El Gobierno Nacional, por intermedio del ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri V., dio a conocer un primer informe sobre los resultados del programa Colombia Siembra, cuyo objetivo es incrementar, a 2018, el área sembrada en un millón de hectáreas.
Según el ministro Iragorri, los resultados son mayores a los esperados y rompen no solo con las expectativas gubernamentales del programa, sino con el promedio histórico de área sembrada en el país.
Así, señala que “la primera cosecha de Colombia Siembra muestra que durante el primer semestre de 2016 se logró la siembra de 185 mil nuevas hectáreas, en cambio de las 16 mil que se venían sembrando, en promedio, en los últimos 20 años”. Esto equivale, según el Gobierno, a 12 veces más de lo que creció el sector en ese período.
Estos logros llevan al Gobierno a ser optimista respecto a los resultados para el presente año. Según el Ministerio de Agricultura, al cierre de 2016 “la estrategia habrá estimulado la siembra de 426.666 hectáreas, lo que corresponde al 42,6 por ciento de la meta”. Con esto “el país pasará de 7,1 millones a 7,6 millones de hectáreas cultivadas”.
Para el rector de la política sectorial dichos resultados tienen un significado muy especial, pues “gracias al diálogo social y la definición de las inversiones en las regiones”, se ha conseguido “dinamizar la economía agrícola”.
Al detallar los resultados por cultivo y tipo de actividades se destaca que los mayores avances se registran en el cultivo de maíz (70.253 hectáreas) y en los forestales (37.783 hectáreas).
Adicionalmente, se indica que, en promedio por año, en arroz “se recuperaron 88.500 hectáreas nuevas”, con lo que se tiene “la mejor cosecha de los últimos años”. Entre 2014 y 2016 el cultivo del cacao creció en área sembrada y en producción, “datos que superan el promedio de la última década”.
Finalmente, se señala que entre “los factores del dinamismo” se encuentran el crédito agropecuario, la organización de las cadenas, la formalización de las tierras y la asistencia técnica.
Para entender de manera adecuada si realmente los avances obtenidos responden a los estímulos que provee el Programa Colombia Siembra se necesita mucho más que un acalorado discurso político en medio de beneficiarios del mismo.
Ello en razón no solo a las enseñanzas que dejan los estudios nacionales e internacionales sobre las evaluaciones de resultados e impactos de los programas agrícolas, sino al hecho de que se deben tener en cuenta cómo algunos factores, como el incremento de los precios internos o la fuerte devaluación del peso, han influido sobre el área sembrada y la producción obtenida.
Respecto a estos factores es necesario establecer si ellos, al convertirse en estímulos efectivos a través de los incrementos esperados en la rentabilidad de los cultivos, son los verdaderos “detonantes” del crecimiento sectorial. Igualmente, es necesario validar si, por ejemplo, el crédito realmente tiene el impacto que se le asigna.
En fin, no hay que perder de vista que las acciones políticamente correctas no implican que ellas estén fundamentadas, necesariamente, en hechos técnicamente verificables.