Columnistas

Nuestra democracia participativa

24 de mayo de 2016

En teoría Colombia es, desde 1991, una democracia participativa. Esto significa que por medio de algunos mecanismos de participación, los ciudadanos de a pie pueden tomar ciertas decisiones en el gobierno local y ejercer veedurías de control en el manejo de los dineros públicos.

Uno de los puntos donde se puede ver con mayor claridad lo anterior, es en la construcción del Plan de Desarrollo Municipal. El Proyecto de Gobierno presentado a la ciudadanía por el entonces candidato Federico Gutiérrez, en 2015, es la base hoy para dicho Plan.

Primero, la misma administración local lo presentó en algunos sectores del municipio, para recoger las voces de los ciudadanos. Después participó el Consejo Territorial de Planeación, conformado por 21 ciudadanos que representan igual número de organizaciones de la sociedad civil (las JAC, las JAL, las ONG sociales, ecológicas y de mujeres; industria, construcción, economía solidaria, asociaciones de profesionales, trabajadores sindicalizados y cultura, entre otras).

Entonces el Municipio consideró que ya estaba lista su propuesta y se la presentó al Concejo para su aprobación. Durante todo mayo, el Concejo ha hecho lo mismo que hizo el gobierno local: está abriendo espacios de discusión, análisis y escucha de diversos sectores ciudadanos para añadir propuestas de la comunidad en dicho Plan de Desarrollo, que regirá los destinos del municipio de Medellín hasta el 2019.

Al menos, de palabra, la administración y el Concejo locales han dado la oportunidad para que los ciudadanos individualmente o a través de ONG y otro tipo de organizaciones de la sociedad civil, puedan participar y emitir sus conceptos.

Además existe, desde 1996, la Veeduría Ciudadana que tiene sus ojos puestos en las ejecuciones presupuestales establecidas en el Plan de Desarrollo. Esta Veeduría Ciudadana está conformada en Medellín por 15 socios: las corporaciones Región, Penca Sábila, Mujeres que Crean; la Federación Antioqueña de ONG, el IPC, la Escuela Nacional Sindical, Cooperativa Confiar y Conciudadanía, entre otros.

En Medellín, el gobierno local ha venido abriendo espacios para ejercer la participación democrática, que es muy distinto a la representación democrática: cuando los ciudadanos delegan en un representante lo que ellos quisieran hacer o decir. La idea de la democracia participativa es que el ciudadano participe directamente.

Ahí vamos. Ojalá algún día lleguemos a los niveles suizos donde la comunidad se reúne hasta para decidir asuntos como el modelo educativo para sus hijos.