Columnistas

Nueva Filantropía

18 de abril de 2017

La filantropía, entendida como el apoyo y el amor hacia otras personas, es connatural a la especie humana, por lo que a lo largo de la Historia en todas las civilizaciones y todas las religiones se ha invitado a la caridad y la misericordia. Recordemos que durante la Edad Media los burgueses pagaban grandes cantidades de dinero para que se les vendieran baldosas dentro de las iglesias como una forma de asegurar el cielo.

Actualmente la forma de hacer filantropía es una de las actividades que más rápido está cambiando gracias a la influencia de otros conocimientos, de la tecnología y el cambio de las circunstancias sociales. Prueba de ello es que en los últimos 5 años está cobrando especial atención y crecimiento el desarrollo de inversiones sociales Impacto.

Según un reciente reporte sobre el mercado de valores en los Estados Unidos, para 2012 uno de cada 9 dólares se destinaron a Inversión Sostenible, pero en 2014 ese número aumentó a uno de cada 6 dólares. De la misma forma han venido creciendo los mecanismos de inversión de este tipo. Recientemente, la Fundación Ford anunció que destinará hasta 1.000 millones de dólares de su dotación de 12.000 millones de dólares durante la próxima década a “inversiones relacionadas con la misión” o MRI.

Según Foundation Center, organización que agrupa toda la información concerniente al sector social en los Estados Unidos, las fundaciones de este país destinarán alrededor del mundo cerca de 846 billones de dólares para el desarrollo de este tipo de mecanismos en los próximos años.

¿Qué tiene que ver eso con nosotros en Colombia? Aunque de manera incipiente en nuestro país se han venido dando pasos hacia la inversión social de impacto, aludiendo a aquella que invierte sobre resultados medibles y cuantificables del cambio social. Hace unas pocas semanas en Bogotá se firmó el primer Bono de impacto social destinado a beneficiar a 514 personas, principalmente pobres y desplazadas y que se encuentren desempleadas en Bogotá, Cali y Pereira. La inversión de 2200 millones de pesos fue producto de una alianza entre Prosperidad Social, BID – FOMIN, Cooperación Económica de Suiza, Fundación Corona, Fundación Mario Santodomingo y Fundación Bolívar Davivienda.

Además de las inversiones de impacto social que han recibido decenas de emprendimientos sociales en las principales ciudades del país, dineros provenientes en su mayoría de fondos extranjeros. En el país se están gestando cada vez con mayor fuerza fondos de inversión social de impacto e instituciones que nos han venido consolidando después de México y Brasil, como el tercer mercado latinoamericano de este tipo de recursos.

En los próximos 10 años se espera el desarrollo del mercado de inversión de capitales de impacto social y ambiental, lo que hace necesario la configuración de emprendimientos sociales con alto rigor para evaluar y evidenciar el impacto en sus acciones de forma paralela al desarrollo de este mercado se espera la necesidad de talento humano altamente especializado. A fin de que no solo sea conocedor de las dinámicas sociales y de gerencia que enseñan las facultades de Ciencias Sociales, sino que también conozcan de estos tipos de instrumentos de inversión.