NUEVO LIDERAZGO NO HA CAMBIADO A UBER
Por Steven Hill
redaccion@elcolombiano.com.co
El reciente asesinato de un peatón por parte de un vehículo automático de Uber es la fuente de los más recientes titulares negativos sobre esta compañía. Pero hay un problema mucho más profundo. Si bien el liderazgo ha cambiado: Dara Khosrowshahi reemplazó al cofundador de Uber, Travis Kalanick, como presidente ejecutivo en agosto pasado luego de una serie de escándalos, la compañía en sí misma no ha evolucionado.
El problema con Uber nunca fue que el presidente ejecutivo hubiera creado una cultura matona al estilo “Game of Thrones” como lo describió la ingeniera Susan Fowler en un blog. El problema era, y sigue siendo, el modelo de negocio de Uber: su modus operandi consiste en subsidiar tarifas e inundar las calles con sus automóviles para lograr un monopolio de transporte. En una ciudad tras otra, esto ha llevado a enormes aumentos en la congestión del tráfico, aumento de emisiones de carbono y debilitamiento del transporte público.
La mayoría de los clientes que aman a Uber no se dan cuenta de que la compañía subsidia el costo de muchos viajes. Esto probablemente es un gran factor en el hecho de que las pérdidas anuales de Uber se han disparado de 2,8 mil millones en 2016 a US$4,5 mil millones en 2o17. Estudios han concluido que entre la mitad y el 61 por ciento de los pasajeros de Uber en Estados Unidos dicen que habrían usado transporte público, montado bicicleta, caminado o no habrían hecho el viaje, si Uber no hubiera estado disponible.
Gracias en parte a Uber, las personas se están alejando de formas de transporte que son mejores para el ambiente.
Recientemente le pregunté a un colega por qué usó Uber. Dijo que el autobús costaría US$2,25, y Uber costaría alrededor de US$5. Entonces le pregunté: “¿Y si el precio de Uber fuera de US$10?”, dijo que tomaría el autobús. Entonces, debido a que solo estaba pagando la mitad del costo del viaje, usó Uber.
No está solo. El número de pasajeros en el transporte público ha bajado en casi todas las principales ciudades estadounidenses.
El nuevo liderazgo de la compañía sigue negando que está contribuyendo a estos efectos negativos. El Sr. Khosrowshahi incluso insiste que Uber puede ayudar a resolver la congestión sumando una pequeña cantidad de carros eléctricos, y que podría comenzar a usar taxis voladores en entre cinco y diez años (lo cual es absurdo -Uber ni siquiera tiene un prototipo).
Pero un estudio de los efectos de viajes compartidos por investigadores del Instituto de Estudios de Transporte en la Universidad de California Davis, encontró que los viajes compartidos han resultado en un aumento significativo en la cantidad de viajes realizados y millas conducidas en un automóvil. El estudio también encontró que la gran mayoría de los usuarios de viajes compartidos (75 por ciento) aún tienen automóvil, y el pequeño número de personas que han eliminado su propio vehículo (9 por ciento) simplemente lo han cambiado por el carro de otro -el conductor de su viaje compartido. Desde un punto de vista ambiental, Uber nos está retrocediendo. Los servicios de viajes compartidos podrían sumar algo positivo a nuestras opciones de transporte, pero sólo si son reguladas apropiadamente.
Cuando asumió su papel, el Sr. Khosrowshahi dijo que aprendería de los errores de la compañía. Pero falta por ver si está dispuesto a rectificar el error más grande de Uber: un modelo de negocio que hace daño a los conductores y el ambiente, y aleja a pasajeros e ingresos del transporte público.