Columnistas

“Nunca deje pasar una buena crisis”:

19 de julio de 2015

Excelente el foro del martes pasado en Bogotá convocado por la Asociación Primero Colombia sobre innovación para la democracia. Luigi Echeverri, presidente de dicha asociación dijo que los objetivos eran la formación de líderes con sentido democrático, innovadores, que busquen el cambio a partir del conocimiento.

La nómina de expositores fue de lujo. Ante la brevedad del espacio, no los nombraré ahora. Sin embargo, dentro de ocho días continuaré mi reflexión sobre el tema porque lo bueno merece ser compartido. Pero quien quiera profundizar ya, entre a www.dialogosinnovaciondemocracia.com

Hoy tomaré algunas de sus ideas, pensando siempre en el presente y futuro de Colombia. Hubo quienes compararon a nuestro país con otros que en los años sesenta del Siglo XX eran tan o más subdesarrollados que nosotros y ahora son parte del Primer Mundo. Por ejemplo, Irlanda y Singapur. Irlanda del Norte estaba enfrentada a Irlanda del Sur y a Gran Bretaña. Singapur, por su parte, es una ciudad-Estado localizada en el trópico.

Es decir, uno y otro tenían semejanzas con Colombia y su desarrollo tumba varios mitos. Irlanda salió del conflicto con el acuerdo del Viernes Santo de 1998. Hoy es una nación pujante que atrae capitales porque sus impuestos son bajos: 12.5 % para sociedades, la gente cumple la ley y esta es amigable con las personas.

En Singapur había varias etnias y cada una quería dominar: en especial los indios, los chinos de varias regiones de ese gigante, los malayos y los ingleses, que lo habían colonizado por mucho tiempo. Pero hubo un líder, Lee Kuan Yew, que asumió el poder. Al principio toleró que hubiera escuelas y barrios con distintos idiomas. Pero muy pronto decretó el inglés como idioma oficial y fijó unas leyes que cobijaban a todos por igual. Ahora Singapur atrae capitales de todo el mundo, es un gran puerto y uno de los mayores centros financieros del planeta. Allá se hacen los trámites para pagar impuestos en 17 horas. En Colombia el mismo trámite dura 80 días. Irlanda ha crecido exponencialmente y cada vez hay menos pobres. En Singapur todo el mundo vive bien. Entonces se comprueba que el conflicto tenía frenado a Irlanda. En cuanto a Singapur, se cae el mito de que en el trópico, el sur, siempre habrá pobreza. Todo es cuestión de apertura mental y disciplina.

Latinoamérica tiene que analizar qué pasa en el resto del mundo y no puede quedarse con ideas obsoletas que ya no sirven ante tan vertiginosos cambios. No hay que ir en contra de ellos sino asumir el reto y adaptarse, en un marco ético, porque hasta la manipulación del ADN humano es una realidad. La llamada ciencia ficción ya dejó de serlo.

En todo el mundo hay pobres, clases medias y millonarios con los mismos retos. Hay la misma diversidad. Hay sumadores, que juntan ideas y enriquecen. Multiplicadores, que lo logran a través de educarse y compartir. Restadores que nacen pobres, siguen pobres y caen más. Divisores: los peores. Los hijos de papi. Nacieron en cuna de oro material e intelectual y acabaron con todo.

La diferencia la hace una mente capaz de buscar soluciones con la innovación, que es ajena al socialismo extremo y al populismo que basa su discurso en pueblo y antipueblo.

El imperio de la ley garantiza la vida digna, la propiedad y la libertad. Es complejo negociar con las Farc por su cultura y valores que los anclan en el marxismo y ahora en la narcocultura, cuya motivación es el dinero y el poder.

En Latinoamérica la democracia liberal está en crisis en el procedimiento electoral y en el método para manejar las discrepancias. En ella deberían caber todos, siempre que sean realmente demócratas y no acepten a los extremistas. Así funciona Europa.

Pero también hay una democracia antiliberal que propicia la corrupción: la del Foro de Sao Paulo y el Castrochavismo que estimula al Estado que da prebendas y asfixia las democracias liberales.

Hay que luchar por el Estado honrado que dé libertades responsables y facilite la educación de su pueblo. Este reto es el de Colombia. Churchill dijo: “Never let a good crisis get away”.