Columnistas

Oda a las cosas inútiles

02 de agosto de 2016

Hay unos desarrollos científicos y tecnológicos que parecen sacados de Macondo, le recuerdan a uno a Melquiades en Cien años de soledad. Y es que hoy en día, cuando se producen más de 700 aplicaciones para los teléfonos inteligentes cada 24 horas, muchos de estos desarrollos hacen parte de la interminable lista de cosas inútiles.

De hecho existe una aplicación que actúa como un radar de fantasmas para conocer si hay actividad paranormal a su alrededor. ¡Como si no hubiera nada que rastrear en el mundo real! Aunque suena muy inútil, no es más que la aplicación para “matar el tiempo” que contabiliza cuánto aguanta una persona, con el dedo pegado en la pantalla táctil del celular.

Desde hace más de 25 años se entregan anualmente en los Estados Unidos los premios Ig. Nobel, en reconocimiento a las investigaciones irrelevantes. En 2008 se premió un trabajo cuya conclusión es un gran aporte a la humanidad: radica en establecer que las pulgas en un perro son mucho más rápidas que las de un gato. Para ello el estudio comparó las marcas de salto de las pulgas de un perro con las de un gato.

Lo que hay detrás de este tipo de estudios y desarrollos científicos y tecnológicos absolutamente irrelevantes es la ausencia de conexión entre los académicos e investigadores y las necesidades reales del mercado, la industria y la sociedad en general. Por eso considero que vale la pena apoyar y participar de eventos como la Rueda de Innovación y Negocios de Tecnnova, que se realizará este jueves y viernes en el centro de convenciones Plaza Mayor.

Resalto la contribución de este tipo de espacios para el desarrollo de una ciencia pertinente con la vida. Si bien la ciencia y la tecnología tienen una estrecha relación con el aumento de la productividad y la competitividad empresarial, su sentido va mucho más allá de la acumulación de capital.