Columnistas

OJALÁ DICIEMBRE FUERA ETERNO

08 de diciembre de 2017

En diciembre la mayoría de las sociedades del mundo concentran su atención en efectuar un balance sobre lo sucedido en el año próximo a terminar y crear ilusiones, expectativas y proyectos para el año venidero. Eso sucede en el campo personal, familiar, empresarial y comunitario. Es una bella época que convoca a la alegría, la solidaridad, la unidad de propósitos, en un ambiente marcado por la satisfacción de dar, recibir y compartir. Las tensiones disminuyen y los buenos sentimientos afloran, opacando lo negativo y destructivo.

La Corporación La Paz Querida no es excepción en esta buena costumbre. La semana pasada, en el Aula Máxima de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en Bogotá, se realizó la clausura de la segunda fase de los “Diálogos Intergeneracionales” y se renovaron nuestros compromisos con una Colombia próspera, ambientalmente sostenible, más justa, más equitativa, más democrática, más incluyente y en paz.

La Paz Querida desarrolla sus actividades dentro de tres ejes temáticos: Ética social, fortalecimiento de la democracia y apoyo a la paz territorial. En ese contexto, desarrollamos ocho actividades así: Un libro sobre ética social, donde no solo todos lean, sino todos escriban; conversatorios con los candidatos presidenciales, los cuales iniciaremos a finales de enero del próximo año, cuando las circunstancias hayan decantado un poco más; diálogos con la Fuerza Pública; diálogos con la Iglesia; conversatorios con los gremios empresariales; acción proactiva en temas de justicia transicional; alianzas estratégicas con organizaciones que busquen fortalecer la democracia, y los diálogos intergeneracionales a los cuales ya me referí.

En nuestros diecinueve meses hemos avanzado exitosamente, aunque bien sabemos que nuestra tarea es de largo aliento. Hemos mantenido vivo nuestro compromiso con la construcción de país, y la convicción plena sobre la necesidad de una nueva ética que rija el comportamiento de la sociedad colombiana. Para ello necesitamos modificar relaciones políticas y culturales donde aceptemos la diversidad de pensamiento y pluralidad de ideas, propiciadoras de iniciativas eficaces generadoras de mejores condiciones de convivencia con dignidad, inclusión, equidad y justicia.

El dialogo es una herramienta efectiva para ello. Allí propiciamos el debate ilustrado, analítico, participativo y respetuoso. Es una forma de construir puentes y no muros, de buscar formas de sumar y no de restar, con una mirada optimista sobre lo que cada comunidad puede desarrollar. Hasta el momento hemos desarrollado 35 diálogos en igual número de ciudades entre 10.000 y 30.000 habitantes, con la participación de más de 2.500 personas, que incluyen alumnos de último año de bachillerato, maestros, padres y autoridades locales.

Uno de los productos de los diálogos es crear una red de “agentes de cambio”, los cuales hoy llegan a cerca de 1.800, fundamentales para construir la masa crítica, capaz de generar el cambio hacia una ética fundamentada en la dignidad humana, con la esperanza de lograr una Colombia libre de temores, sin necesidades básicas insatisfechas, y sin amenazas contra la vida y el bienestar, como lo ambicionan las Naciones Unidas.

En nuestra labor tenemos presentes los lineamientos de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, especialmente aquel que nos habla de “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles”.

En este mes, tan propicio para buenos propósitos y nuevas esperanzas, afiancemos nuestra voluntad de construir caminos hacia la cultura de la no violencia..

*Miembro de La Paz Querida