Optimismo-pesimismo vs Pesimismo-optimismo.
A pesar de Santos, el país crece. En el actual período presidencial, frecuentemente los colombianos caemos en el pesimismo, las cifras económicas no son optimistas (la deuda externa crece, se generan pocas empresas y varias cierran sus puertas). Hoy, el saludo entre los colombianos, se dirige a preguntar si estamos optimistas o pesimistas e indagar para dónde piensas emigrar. Y hasta revistas como Semana, otrora totalmente santistas, ya presentan artículos con críticas a este gobierno.
El camino político marcado por Juampa, pretende llevarnos hacia el Castrochavismo, con todos sus pecados y pobrezas. Para colmo de males, el otrora Partido Liberal, al cual crecí admirando y queriendo de todo corazón, ya no es ni rastro de lo que fue. Para muestra el derroche económico para seleccionar, solo entre dos hombres: el criticado doctor De la Calle (¿todavía parece nadaísta?) y el senador Cristo, contienda que ganó el primero y quien tristemente solo alcanzó un poco más de ¡700 mil votos! Y la dolorosa y rechazada exclusión de las dos mujeres que aspiraban a figurar en esa elección: Sofía Gaviria y Vivian Morales.
De la Calle, negociador del Gobierno con la Farc, quien le cedió en todo lo que exigió esa guerrilla decadente... dividió el país en dos. Cumplió las órdenes del siniestro Juan Manuel Santos. La siguiente frase describe lo que logró el plan de Santos: “Si la paz no puede mantenerse con honor, deja de ser paz”, Lord John Russel.
Ahora es necesario dejar en claro que Colombia necesita un candidato de unidad nacional, independiente de los que llaman los “guerrilleros del Chicó”. Yo me siento orgullosa de muchos de mis compatriotas, aunque todos a ratos nos llenemos de pesimismo y perdamos las ilusiones. En el panorama nacional se conocen industriales emprendedores y también, gente del común que conserva sus esperanzas y trabaja con optimismo. Somos muchos los que creemos que “Todas las cosas tienen su tiempo oportuno y todas pasan bajo el cielo en el espacio que se les ha sido prefijado”. H. FR. Amiel. Y como escribió Vicky Dávila en Semana: “El Santos de hoy no es el de las aplastantes mayorías en el Congreso, su liderazgo es tan frágil que no logra las votaciones que necesita para temas cruciales”.
Si las mayorías nos preparamos desde ya para escoger un candidato que sea independiente del actual mandatario, que nos hable con la verdad y nos lleve a sentir optimismo sobre el futuro, Colombia estará a salvo. Personas como Marta Lucía Ramírez, Rafael Nieto y aun Germán Vargas Ll., nos dan optimismo y el pesimismo terminará cuando finalice el período de Santos. Fácilmente pasaremos a confiar en un nuevo mandatario, con esperanza. Olvidaremos el pesimismo que nos desespera, que lleva a la decepción y la desconfianza en el país, para dar cabida al renacer de las esperanzas y las ganas de trabajar con fe en nuestros compatriotas.
Pero si seguimos en el camino señalado por el impopular Santos, votando por el señor De La Calle, con una guerrilla cada vez más envalentonada y atrevida y determinada a tomarse el poder, ahí si llegaremos a una peligrosa desesperanza que nos apabullará de nuevo, con sus nefastas consecuencias en todos los ámbitos, en las finanzas y hasta el desempleo... .