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¿Parafiscal para quién?

17 de marzo de 2017

En la anterior columna se habló de la nueva variedad de café denominada Cenicafé 1 y del papel determinante que tienen los recursos parafiscales para el desarrollo de la investigación, la tecnología y la innovación (IT+I) y, por medio de estas, para el incremento de la productividad y la competitividad de las actividades agropecuarias.

También se señaló cómo resulta importante que los recursos de los fondos parafiscales se dirijan, preferencialmente, a este tipo de inversiones y, en general, a la generación de bienes públicos, pues con ello se asegura el beneficio, sin discriminación, de todos los productores que pertenecen a aquellas actividades en las que operan dichos fondos.

Es claro que la utilización de los recursos parafiscales en otras actividades, como pueden ser la promoción del consumo de bienes agropecuarios o la incursión en empresas de producción o comercialización, difícilmente pueden asegurar el beneficio generalizado que se deriva de las actividades como la investigación, la asistencia técnica o la información.

Adicionalmente, diversos estudios internacionales sobre el desarrollo de la IT+I agropecuaria destacan como un avance el modelo implementado en Colombia en el que el sector privado participa, a través de los recursos de los fondos parafiscales, en el financiamiento y el desarrollo de estas actividades.

Es conocido que, gracias a la destinación de dichos recursos al financiamiento de las actividades de IT+I, se dispone de centros de investigación que no solo tienen un cuerpo de investigadores de alto nivel, sino las instalaciones, los laboratorios y las agendas de investigación de mediano y largo plazo que les aseguran la ruta de investigación futura que deben seguir.

Gracias a ello, hoy en día, los caficultores de Colombia cuentan con una nueva variedad del grano que les viene a resolver una de las grandes deficiencias del cultivo, la baja productividad. Con su utilización se impactará directamente la competitividad y los ingresos de todos los productores.

Por otra parte, con los recursos de otros fondos parafiscales se han desarrollado sólidos y modernos sistemas de información que no solo apoyan las actividades generales de los respectivos gremios sino que, más importante aún, le permiten a sus productores adoptar mejores decisiones productivas y comerciales.

Infortunadamente, y por cuenta del fracaso de la empresa Friogán, el gremio ganadero, representado en su momento por Fedegán, perdió el manejo del Fondo Nacional del Ganado. Hoy en día los recursos son administrados a través de una fiducia.

En su interés de devolverles a los ganaderos el manejo del Fondo, el Gobierno se apresta a convocar la licitación que busca definir el nuevo administrador de los recursos. A raíz de los problemas que tuvo Fedegán con el Fondo, recientemente se creó un consorcio de entidades gremiales ganaderas que busca participar en la licitación.

Para evitar los fracasos de Friogán y del Fondo del Ganado, el Gobierno debe asegurar que en la definición del nuevo administrador del Fondo no prevalezcan fines políticos que desvirtúen, de nuevo, el quehacer de los fondos parafiscales como generador de bienes públicos que beneficien al colectivo y no a intereses particulares o regionales de un grupo de productores.