“Pobres vergonzantes”
En los tiempos de las abuelas, cuando la caridad y la filantropía no eran asuntos solo de grandes millonarios, “echaban uno o dos platos de más para compartir con la familia vecina que había caído en desgracia económica”. Era tal el compromiso con el mandato bíblico “que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”, que ni los mensajeros sabían cuál era el motivo de su encargo.
Mientras las estadísticas se pelean entre el desempleo a uno o dos dígitos de porcentaje, hoy en día los “pobres vergonzantes” se hacen invisibles entre los barrios de clase media y alta de la ciudad. Resultando todo un reto encontrarlos, para las organizaciones sociales y las entidades públicas que pueden apoyarlos como la Unidad de Familia, de la Secretaría de Inclusión Social de Medellín.
Porque tristemente ya no contamos con el tiempo para permanecer alertas a las situaciones que nos pueden hablar de la desgracia en la que han caído nuestros vecinos. Aunque muchas entidades a nivel mundial no se ponen de acuerdo en la proporción de la población que ahora está en la clase media, el Banco Mundial habla de dos tercios de la población que ha alcanzado ese nivel. En nuestro caso pensamos en un tercio de la población, aunque las cuentas del gobierno hablan de un 40 %.
Las familias que caen en desgracia económica se ubican en el rango de clase media, pero como la mayoría de los restos sociales, la ‘pobreza silenciosa’ no es exclusiva de Medellín y de la sociedad paisa. En 2010 el periódico El Tiempo citó que solo en el barrio Teusaquillo en Bogotá (que los años 30 tuvo su esplendor con la élite capitalina), se contaban cerca de 25 mil personas en ‘pobreza silenciosa’ u ‘oculta’.
¡Ni hablar en el resto del mundo! En países como España, el empobrecimiento ha tocado a casi 6 millones de personas. De las cuales, el 15 % corresponde a inmigrantes latinoamericanos, africanos y de Europa del Este. Esas personas sin ninguna fuente de sustento, acuden a los bancos y comedores de alimentos.
Piensen ustedes en los millones de desempleados que ha dejado la crisis económica en los llamados PIGS (cerdos en español). Sigla que acuñó hace un par de años la consultora Godman Sachs, para referirse a los países que cayeron en crisis económica como Portugal, Irlanda, Grecia y España.
Tal y como lo hicieron las abuelas a principios del siglo, abran los ojos para poder darle una ayuda oportuna y cautelosa a quienes han caído en desgracia económica. Preferiblemente que ni los mensajeros sepan cuál es el encargo.