Columnistas

¿Por fin se acabarán las fotomultas?

17 de octubre de 2016

“Para que sean una forma de prevenir y no un ahogo económico o de abuso para la ciudadanía, ni mucho menos un negocio”. Así se refirió a las fotomultas el alcalde Federico Gutiérrez, justo cuando anunció la suspensión de estas en los casos de vencimiento de SOAT y revisión técnico-mecánica.

Y tiene razón al advertirlo de esa forma, pues esta medida se convirtió en un escandaloso negocio: entre el 15 de diciembre de 2015 y el pasado 30 de agosto, en la ciudad se registraron 274.373 comparendos de ese tipo. Hay casos absurdos: un mismo día se repetía la multa hasta tres veces. Se conocieron historias de conductores que debían hasta 20 millones de pesos por la misma infracción.

Este gran negocio de las fotomultas ha sido tema de columnas de opinión, tutelas y hasta promesas de candidatos a la alcaldía. “Después del convenio que firmó la Alcaldía de Medellín, hace 10 años, con el gran hermano, Quipux, no se mejora la movilidad en la ciudad, en cambio sí se robustecen las cuentas bancarias de esta empresa”, escribió hace un tiempo Libardo Espitia.

Quipux es una empresa que se creó en Medellín e inició operaciones en Ciudad Bolívar, Itagüí y Rionegro, con el cuento de que iba a contribuir con la implementación de un Software para mejorar la movilidad, refundar una nueva cultura ciudadana y de paso mejorar las arcas del municipio. Se trató de un convenio leonino al que, en extrañas circunstancias, le abrieron un otrosí, una figura contractual que permitió extenderlo hasta el 2025.

Gutiérrez tuvo grande valor al suspender las fotomultas por Soat. Era un evidente atropello al ciudadano, pues a pesar de los exuberantes contratos, el operador no fue capaz de generar un sistema preciso que evitara las fallas técnicas y el cobro doble.

Cuántos ciudadanos fueron y siguen siendo atropellados por este sistema de fotodeteccion. Por eso la opinión pública debe celebrar con júbilo el nuevo intento del senador Mario Alberto Fernández, de presentar un proyecto de ley con un solo articulito: “la presente tiene como objeto prohibir en todo el territorio nacional el uso, instalación y puesta en operación de los sistemas de fotodeteccion”. Así de sencillo lo plantea Fernández, a quien no conozco personalmente; eso sí, el proyecto comprende una exposición de motivos bien soportada, convincente y juiciosa, que se puede consultar en el sitio web del Senado. Quiero anotar que no sé conducir un vehículo, por lo tanto, no tengo velas en el asunto.

Es claro que el sistema de fotodetección no pertenece al derecho sancionatorio colombiano y si bien el ciudadano se beneficia de los avances tecnológicos, tampoco podemos permitir que los atropelle. Esperemos que esa sensatez que llevó al alcalde Gutiérrez a suspender las fotomultas por Soat, lo lleve también a suspender definitivamente todo tipo de fotomultas.

Mientras tanto tendremos que seguir cruzando dedos para que el proyecto de ley del senador Fernández llegue a un resultado positivo y, por fin, se contenga este jugoso negocio que no beneficia precisamente al colectivo ciudadano y sí a unos pocos empresarios. Fernández tiene para su propósito a un gran aliado: el presidente del Senado, quien está luchando por igual pretensión. ¿Será que ahora sí se acabarán las fotomultas?.