Columnistas

Por fin, vías terciarias

25 de agosto de 2017

El Gobierno anunció la inversión de 1,26 billones de pesos para avanzar en la construcción y la recuperación de 2.600 kilómetros de carreteras y en la reparación de 11.683 kilómetros de la red vial terciaria. Con este esfuerzo se busca conectar las zonas rurales con una vía principal.

Para tal efecto, se ejecutará el Plan 51-50 con miras a pavimentar y a mejorar las vías terciarias en 51 municipios del país, cada vía de unos 50 kilómetros. En algunos casos se realizará el mejoramiento de placa huella, en otros se arreglará la vía para que sea transitable.

De acuerdo con el Ministerio de Transporte, la malla vial del país está conformada por 206.708 kilómetros, de los cuales 142.284 kilómetros corresponden a las vías terciarias. Una característica de la red vial terciaria es que se encuentra, en gran medida, bajo la jurisdicción de los municipios.

Dado que, por décadas, el gobierno central y los departamentales han brindado poco apoyo al desarrollo de esta red, este ha dependido, en buena parte, de las iniciativas de los gobiernos municipales, que, por sus limitados niveles de inversión, no han impactado mayormente dicho desarrollo.

De allí que la situación de las vías terciarias sea bastante crítica, lo que, como lo han mostrado diversos estudios, afecta el desempeño integral de vastas zonas del país.

En particular, esta situación se convierte en un freno para el desarrollo de las actividades agropecuarias, pues, entre otras cosas, limita el acceso a los mercados de los bienes finales que se producen en dichas zonas y la llegada de insumos y otros productos a las poblaciones rurales, especialmente a las más alejadas.

Todo esto se expresa en mayores costos de producción y comercialización de los bienes producidos y, por ende, en el incremento de precios de la canasta de consumo de los hogares rurales.

Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el 70 % de la red de vías terciarias tiene algún tipo de afirmado asfáltico, que en su mayoría se encuentra en situación muy regular. Las demás están en tierra y en condiciones no aptas para el tránsito.

De tiempo atrás diversas organizaciones internacionales han insistido en que las vías terciarias en las zonas rurales constituyen un factor detonante del desarrollo de las mismas, además de que son un mecanismo eficaz de generación de empleo y reducción de la pobreza.

Infortunadamente, Colombia no ha aplicado una política sistemática y eficaz de desarrollo rural a través del tiempo en el que la construcción de las vías terciarias desempeñe un papel estratégico. De allí que el atraso en esta materia sea tan grande.

Ahora, y por cuenta del posconflicto, el Gobierno se propone impulsar las vías terciarias lo que, de hacerse siguiendo los aprendizajes y las lecciones internacionales y algunas experiencias nacionales (como la del departamento de Antioquia en la anterior administración) y asegurando que los recursos públicos se inviertan adecuadamente, puede ser la oportunidad de comenzar a recuperar el tiempo perdido, con lo que se les hace justicia a los millones de agricultores y pobladores que habitan el campo colombiano.