Columnistas

Producir regenerando

10 de noviembre de 2020

Para nadie es un secreto que el planeta tierra está llegando a sus límites, que cada vez le cuesta más soportar a la especie humana y a todos los desperdicios que esta produce. El crecimiento exponencial de la población es preocupante. Se calcula que para el año 2100 podríamos llegar a ser más de 11.000 millones de personas en el planeta. A lo anterior hay que sumarle la demanda de alimentos, el crecimiento de zonas deforestadas para tener monocultivos, la expansión de la ganadería y el uso de combustibles fósiles. Así las cosas el panorama para nuestra raza no es el más alentador.

No se trata de señalar, ni proscribir. Todos somos actores directos de lo que hoy sucede en el planeta, todos tenemos la posibilidad de hacer algo para revertir lo que parece inevitable. Para ejemplificar lo anterior basta decir que nos movemos consumiendo combustibles fósiles, comemos frutas y verduras provenientes de grandes monocultivos, consumimos carne proveniente de haciendas que deforestaron para tener mayor rendimiento por kilogramo; consumimos materias primas que vienen de la minería, o que están presentes en aparatos electrónicos que usamos todo el tiempo. Somos seres que dependemos del consumo de servicios que nos brinda la naturaleza, sin estos la vida no existiría.

Por fortuna, la historia nos permite revisar nuestros errores. Esto es, gran parte de las prácticas que antes eran aceptadas hoy son rechazadas. Gracias a la tecnología y la innovación hemos podido, no solamente mitigar gran parte de los impactos que tenemos en la naturaleza, sino también responder al crecimiento poblacional. Sin embargo, estamos llegando a un límite que debe llevarnos a un replantear cómo seguir alimentando la humanidad y generando bienestar, pero a la vez sin afectar los ecosistemas naturales.

El activismo ambiental ayuda a generar más conciencia. Pero la línea de bloquear todo porque sí no es el camino correcto. Una buena muestra de esto, es oponerse a la construcción de un transporte masivo limpio en emisiones, porque se deben talar un cierto número de árboles, es válido pero habría que pensar en que el sistema sacaría de circulación muchos más vehículos con combustibles fósiles, lo cual compensaría la tala probablemente 10 veces más los árboles talados y beneficiaría a miles de personas. Personalmente creo que el futuro se debe analizar sin pasiones para tomar así las decisiones correctas.

Hace poco pude ver el documental de David Attenborough llamado “Una vida en nuestro planeta”, que nos invita a reflexionar sobre el daño que estamos haciendo, pero a la vez planteando salidas a esta posible crisis climática que puede acabar la humanidad. Una de las conclusiones que más me llamó la atención es la capacidad regenerativa de los ecosistemas, si hacemos un esfuerzo podemos ayudarle de manera dramática al planeta para que vuelva poco a poco a su equilibrio.

En definitiva, esto no es un tema de unos u otros, somos todos. ¿Qué tal si acordamos la posibilidad de apostarle a un desarrollo regenerativo? Ayudando para que más gente salga de la pobreza, creando bienestar y a la vez desarrollando las obras de infraestructura que necesita el planeta para poder mantener la raza humana. ¿Qué tal si cada empresa compensa más de lo que dice un manual y aporta a la regeneración?.