PRUEBAS SABER Y CALIDAD
La publicación de los resultados de las pruebas Saber 11 esta semana revive el debate sobre la calidad de la educación que se generó en diciembre pasado a raíz del pobre desempeño de los estudiantes colombianos en la prueba Pisa 2012, cuyo foco en ese año estuvo en matemáticas. No hay que olvidar que en esta última, Colombia ocupó la posición 61 entre 65 países, en tanto que en la prueba de esta materia, el 73,8 % de los estudiantes quedó por debajo del nivel inferior.
Este pésimo resultado en matemáticas es el mismo que se observa en las pruebas Saber 11, tanto del calendario A como del B, y no es exclusivo de los colegios públicos. Esto es preocupante y costoso para el país. Un estudio reciente de la OCDE en el que se analizan las competencias de la población adulta, concluye que las competencias básicas en matemáticas tienen una gran incidencia sobre las probabilidades de éxito en la vida de los individuos.
Si estas son deficientes, el acceso a trabajos remunerados y gratificantes será limitado. Igualmente, a nivel global, la desigualdad en la distribución de las competencias en matemáticas entre la población está estrechamente relacionada con la forma como se distribuye la riqueza en un país.
En Colombia, el ejercicio de medir la calidad de la educación a través de las competencias básicas de los estudiantes al terminar su educación media, no es nuevo. De hecho, el primer examen de Estado, conocido como el Icfes se llevó a cabo en 1968. No obstante, los avances en calidad, como lo muestran los resultados en matemáticas y en las demás competencias, han sido prácticamente nulos.
Una primera explicación, según los expertos, está en el hecho de que la ampliación de la cobertura al permitir el ingreso de estudiantes de niveles socioeconómicos más bajos conlleva a un deterioro de la calidad. Pero también, es cierto que las pruebas efectuadas año tras año en todo el país, no han sido aprovechadas de igual manera para corregir las deficiencias por quienes están a cargo de la política pública.
En este sentido, es muy valioso el ejercicio que acaba de hacer la ministra de Educación, Gina Parody, de mostrarle al país cómo están las regiones según las Pruebas Saber 11. Y, aunque en muchas regiones la comparación ha sido toda una sorpresa, en unas más agradable que en otras, lo cierto es que las está llevando a reaccionar. Las que están en la delantera para seguir mejorado y las que están atrás para disminuir la distancia.
Igualmente valiosa es la decisión de la Ministra de utilizar los resultados de las pruebas para trabajar con los alcaldes y gobernadores en el mejoramiento de la calidad de la educación en sus respectivas localidades, con especial énfasis en aquellas que presentan las mayores deficiencias.
Esta, sin embargo, es una labor maratónica y la Ministra no puede hacerla sola. Es preciso que toda la sociedad la acompañe y vele porque efectivamente en cada municipio de Colombia se trabaje en el mejoramiento de la calidad, y aquí los medios de comunicación juegan un papel fundamental. Esto ha sido determinante en el éxito que han tenido los países que se han embarcado en procesos similares.