Que chupe por tonto
No solo se perdió la ética, sino que nadie se sonroja por sus actuaciones erradas.
Da lo mismo ser derecho que traidor, como dice el tango, cualquiera es un señor, cualquiera un ladrón.
Manda don dinero. Y decían los abuelos que por la plata baila el perro. No queda dudas, sigue bailando.
Las empresas parecen concebidas no para solucionar una necesidad de la sociedad y, claro, generar modo de vida, sino para que den dinero en primer lugar. Lo otro no importa. Y el empleado es bueno si genera, si no, no sirve. No hay más valor empresarial que ese y aunque no es universal sí hace carrera. Dime cuánto produces y te diré quién eres. Y si no te vas para la porra.
Hay que producir, bajo las condiciones que te impongan y los derechos que te nieguen, porque todo va para el doctor.
Es que se perdieron los señores. Ojalá hubiera más de esos. Abundan los doctores de ego inflado y moral e ideas cortas. Y cartón ‘falsificao’
Nadie reconoce errores ni paga por ellos. Y el que cae, cae para arriba, porque se le defiende contra la razón y se le premia por su impostura o su ‘torcidez’. Mira que me quedas debiendo un favor. Ya se sabe cómo hay que pagarlo en el momento oportuno.
Y mientras decenas de miles de jóvenes buscan oportunidades, a los hijos de presidentes y poderosos les caen del ‘cielo’ sembrando desestímulo y desconfianza, en acto de injusticia divina. Quién los mandó estar ‘abajo’.
Pero todo está permitido. Cuánto me das y te doy la licencia de construcción o de perforación, da lo mismo, que los que vengan se las ingenien como puedan para detener esa destrucción.
¿Ética? ¿Moral? Qué es eso, a quién le importa. Siglo 21, donde la vida hay que bailarla a pleno ritmo y el que se deje pisotear que chupe por tonto que este mundo es solo para los vivos. O ‘aprovechaos’. Da igual también. Y si nos pillan, vale, que queda mucha vida para disfrutar, pues el dinero quedó bien ‘guardao’.
Escondan el balón que vamos ganando, apaguen las luces, tírense al suelo, finjan que hay que vencer, el cómo es lo de menos. La historia habla solo de ‘resultaos’.
Crisis ética, de valores y aunque no son todos, los casos abundan. Tantos que abruman. El mal ejemplo pulula, cuando es el bueno el ladrillo para fortalecer la ética.
¿Habrá forma de un alto en el camino? Mientras sea igual ser un señor que un ladrón, que si robaste está ‘justificao’, seguiremos camino al despeñadero. En mala hora.