QUE EPM NO DESTRUYA SU PATRIMONIO EN ISAGÉN
Por Mauricio Restrepo G.*
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Aún sin entender las razones que llevaron al Gobierno nacional a salir de Isagén, uno de los patrimonios más valiosos de la Nación, no solo por lo que representa económicamente sino por la soberanía que pierde el Estado frente a los recursos naturales que se suponía eran de todos los colombianos, hoy la pregunta es, ¿qué va a pasar con las acciones de EPM en la privatizada empresa?
Recientemente la junta directiva de EPM pidió al alcalde que solicite al Concejo de Medellín la venta de esas acciones, más por la presión de caer en un detrimento patrimonial que por considerarlo un negocio para el grupo antioqueño. En otras palabras, tocó salir de esas acciones a como dé lugar, antes de que sea demasiado tarde y estas pierdan valor en el mercado bursátil.
Ya EPM no tiene nada que hacer como accionista minoritario y las decisiones que se tomen a futuro podrían ir en perjuicio de sí misma. Isagén nació de la escisión de Interconexión Eléctrica (ISA) en abril de 1995, y la idea de crearla surgió en un momento en el que el Gobierno requería de los recursos para complementar su plan de financiación, para lo cual había que aprovechar la apertura del mercado eléctrico colombiano a la competencia, y al capital privado.
Después de 21 años de haber tenido un socio estratégico como la nación, EPM tiene un patrimonio que ha crecido y se ha consolidado en la tercera generadora de energía más importante del país, representado en 358 millones de acciones, que hoy se estiman en un valor aproximado de 1,48 billones de pesos; razón por la cual, y perdido el sentido de Isagén como bien de los colombianos con su absurda “subasta”, EPM debe lograr la venta rápida de su participación y reinvertir ese dinero en amortizar parte de la deuda que ahora tiene en la construcción del proyecto Hidroituango, por ejemplo, o destinarlo a obras de gran impacto social y económico para la ciudad y el departamento.
La autorización del Concejo de Medellín para enajenar el 13,14 % de las acciones que tiene EPM en Isagén debe darse lo antes posible, pues sería de alto riesgo para la empresa no vender a tiempo su participación en la oferta pública de adquisición voluntaria de acciones. Posibilidad que tendrá que brindar el consorcio ganador para los demás socios de la empresa, por el mismo precio que le compró al Gobierno, en los próximos 4 meses.
Los argumentos de EPM son todos válidos para avanzar en este proceso de enajenación, pero se destaca uno en particular: no tiene sentido ser socio minoritario de una empresa cuyo control estará en cabeza de un socio privado extranjero, que va a tener una posición dominante en Isagén. Además, poco o nada podrían hacer los organismos de control ante las decisiones referentes al endeudamiento, a las inversiones y en especial a la distribución de las utilidades de la nueva organización.