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¿Que motiva la decisión electoral del ciudadano?

30 de abril de 2018

La pregunta de esta columna es un gran interrogante que exige respuestas complejas. Se dice que las encuestas pueden ser bastante manipuladas para orientar la decisión de los votantes, lo cual puede ser parcialmente cierto; se afirma que los debates televisivos cada vez son menos relevantes -algunos anotan que la proliferación de los mismos los vuelve fatigantes para muchos ciudadanos-; que las manifestaciones de plaza pública son expresión de una forma de hacer proselitismo del pasado, un poco pasada de moda y que pueden ser engañosas y parcialmente es cierto; que los ciudadanos ya no creen en los partidos políticos y que por consiguiente las lealtades partidistas no orientan a los ciudadanos a votar, lo cual puede tener algo de verdad; que la trayectoria de los candidatos podría ser un factor indicador de las preferencias.

En fin, son algunos de los argumentos que escuchamos y que hacen más válida la pregunta inicial.

Creo que las elecciones contemporáneas son más complejas, los ciudadanos disponen de mayor acceso a la información, parece haber menos interés por lo público, hay otros referentes de interés para los ciudadanos y por consiguiente no hay respuestas sencillas a nuestra pregunta.

Considero que la decisión de los ciudadanos en una elección como la que tendremos a finales de mayo los colombianos responde a una variedad de razones y adicionalmente varía por regiones y estratos sociales -en sectores medios y altos el temor, real o aparente, de perder privilegios o aspectos conseguidos a lo largo de una vida, son muy determinantes; en sectores populares pueden influir mucho más la esperanza de que muchas demandas o carencias sociales sean satisfechas-.

Influyen los temores o miedos, reales o inducidos, acerca de los posibles resultados de la elección -sentimientos primarios de odio o amor juegan un papel-; inciden las expectativas que puedan tener franjas de votantes acerca de que puedan darle respuesta a demandas aplazadas -el llamado marketing político se basa en tratar de identificar esas expectativas para buscar incorporarlas en las propuestas del candidato-; las ideologías que tengan las personas que van a ubicar a los candidatos en un determinado lugar del espectro político; la trayectoria de los candidatos y sus apoyos es un factor que va a incidir -liderazgos percibidos positiva o negativamente por sectores de la ciudadanía-.

En algo sigue incidiendo la adscripción o pertenencia partidista de potenciales votantes.

Probablemente las manifestaciones -que permiten quizá que las simpatías por candidatos carismáticos o buenos oradores se construyan y se solidifican las adhesiones de los partidarios de un candidato-, las encuestas -que pueden inducir a electores no muy decididos a inclinarse por los que tienen mejores posibilidades, aparentemente- y los debates -donde pueden clarificarse algunas tesis o propuestas y reafirmarse o debilitar las preferencias por un candidato-, todos ellos lo que hacen es reafirmar las decisiones ya tomadas o las inclinaciones de simpatía ya construidas.

Todo lo anterior para una primera vuelta, porque en la segunda vuelta la lógica predominante seguramente será cómo impedir que gane el candidato por el cual existe más animadversión o desconfianza.

Adenda: Ojalá prontamente Gobierno y Eln decidan la sede de las conversaciones -Cuba creo, es la mejor opción- y rápidamente decidan el nuevo cese bilateral y el inicio del punto de participación para mostrarle al Gobierno y al país la decisión de avanzar.