Columnistas

¿Qué tan social es el desarrollo económico?

10 de noviembre de 2015

Recientemente cuando veo las noticias recuerdo al emperador romano Claudio, de quien se dice que mató a su esposa por celos y a los 300 posibles amantes. Colombia es el segundo del continente con mayor índice de estos delitos detrás México. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en lo corrido del año se han registrado 605 homicidios de mujeres en Colombia, que serían tipificados como feminicidios, de los cuales 135 han sido cometidos por sus parejas o exparejas.

Las ciudades con mayor ocurrencia de este crimen en Colombia son las mismas con más alto nivel de desarrollo económico. Lo cual lleva a preguntarse: ¿Qué tan social y humano es el desarrollo económico que estamos practicando? Lo digo teniendo en cuenta a Humberto Maturana, un filósofo y biólogo chileno, quien habla de la Biología del Amor como aquello que nos ha permitido desarrollar el cuidado por las demás personas hasta alcanzar el progreso.

El gobierno espera que este año la economía nacional crezca 3,6%, el mismo en el que contradictoriamente 1547 niños están en proceso de restitución de derechos por violencia física y 5000 más por negligencia. ¡Nos estamos enfocando en el desarrollo territorial en términos económicos, dejando de lado la sostenibilidad humana y social!

¡No confundamos ser con tener! Si vemos en un taco, estamos llenos de camionetas gigantes en las que se moviliza una sola persona. Ciframos nuestro desarrollo económico sobre el consumo más que en la producción, en la práctica estamos invirtiendo los recursos públicos en alternativas de generación de ingresos extensivas en capital financiero y que por definición son poco incluyentes en los trabajos que genera para la población vulnerable.

Me gustan los modelos de negocio en donde es cercana la práctica del desarrollo económico y el desarrollo social, tal es el caso de Interactuar Famiempresas, que recientemente fue reconocida por su programa de microcrédito. Son este tipo de organizaciones que no revisten las prácticas empresariales de complejidad y de exclusión, en las cuales el desarrollo económico como un proceso social y humano toma sentido.

Están mandadas a recoger las instituciones que desde el sector público se definen estrictamente como de desarrollo económico, experiencias empresariales en el África y en la India donde enfrentan desafíos sociales similares a los nuestros, han demostrado que quienes mandan la parada en materia de innovación y crecimiento económico son las empresas que generan estructuras incluyentes para la población vulnerable.