Columnistas

REDUCCIONES EN EFICIENCIA DE COMBUSTIBLE HARÁ DAÑO A CONDUCTORES

18 de mayo de 2018

Por Paul Bledsoe
redaccion@elcolombiano.com.co

El presidente Trump se reunió con ejecutivos de la industria automotriz en la Casa Blanca el viernes, argumentando su plan para reducir las normas para la eficiencia del combustible y emisiones, y les dijo que quería que construyeran “millones de automóviles más” en Estados Unidos.

Supongamos que lo harían. Si lo hicieran, los carros que fabricarían también serían más sucios y costosos para los consumidores sin las normas de eficiencia de combustible y emisiones que el presidente quiere descartar.

¿Cuánto más costoso? Una propuesta por parte de la administración de Trump que salió a la luz en semanas recientes resultaría en costos de combustible adicionales “de $US 193 mil millones a US$ 236 mil millones acumulados entre ahora y 2035”, dependiendo de los precios del petróleo, según un análisis de Rhodium Group, una firma de investigación que examina el impacto en el mercado de la política energética y climática.

Y es probable que aquellos costos más altos de gasolina hagan daño a las mismas familias que el presidente Trump dice querer tanto -las que viven de cheque en cheque.

Los estándares de eficiencia, que empezaron bajo el presidente Gerald Ford en 1975, requieren que las compañías de automóviles aumenten la economía de combustibles en los carros y camiones pequeños en una pequeña cantidad cada año. Hasta el 2015, ahorraron a los conductores estadounidenses aproximadamente US$ 3,8 trillones en costos de gasolina, según un estudio por el Centro para la Política Pública Howard H. Baker Jr., en la Universidad de Tennessee. En términos fáciles de comprender, la familia estadounidense promedio ahorró hasta US$ 17.000 en costos de gasolina entre 1980 y 2014 por causa de estos estándares, según encontró un análisis de la Unión de Científicos Preocupados.

Los estándares de eficiencia de combustible y emisiones de escape hacia los cuales se ha enfocado Trump fueron diseñados por la administración Obama y exigen que los fabricantes de automóviles cumplan con estándares de eficiencia cada vez mayores: 41.7 millas por galón para 2020 y 54.5 mpg en 2025. (Esas cifras representan medidas de laboratorio; en la carretera equivalen a aproximadamente 32 y 42 mpg, respectivamente.)

Un plan Trump congelaría el estándar de eficiencia de combustible en la meta del 2020. Las pérdidas futuras de eficiencia aumentarían el consumo de petróleo en los Estados Unidos en entre 126.000 y 283.000 barriles por día en el 2025, dependiendo de los precios del petróleo. Para el 2035, el consumo diario estaría entre 252.000 y 881.000 más, según el Grupo Rhodium Group.

La evaluación de las normas por parte de la Agencia de Protección Ambiental, publicada en enero del 2017, encontró que el estándar de millaje del 2025 resultaría en US$ 98 mil millones en beneficios netos para los consumidores, principalmente resultantes del uso reducido de gasolina, y que congelar las mejoras en eficiencia significaría que compradores individuales de autos perderían ahorros netos de US$ 1650, incluso después de considerar costos más altos de vehículos. Eso es casi lo que las familias de clase media esperan conseguir de la reducción de impuestos del presidente en el transcurso de los próximos dos años.

La misma industria automotriz, que no es fan de la regulación, está dividida en cuanto a la reducción propuesta, con grandes empresas como Honda y Toyota apoyando un aumento gradual en estándares.

Incluso empresas como Ford, cuya flota está compuesta por vehículos más grandes, dicen que su prioridad es sólo más certidumbre en las normas entre lo que el gobierno federal manda y lo que California requiere para las emisiones del tubo de escape. Otros dieciséis estados y el Distrito de Columbia que han adoptado el estándar de California.

El presidente Trump está presionando para reducir los requerimientos de la eficiencia del combustible mientras los precios del petróleo suben de $50 por barril a más de $70.

Dados los precios en aumento del petróleo y la gasolina, la eficiencia del combustible parecería ser una meta que vale la pena, tanto para los consumidores como para el ambiente.