Reivindicación ciudadana
Viendo las fotos de la Medellín de principios del siglo XX, rememoro las descripciones de Macondo que hace Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad: “Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”.
Las ciudades son y serán en los próximos años actores claves de la transformación social y con ellas los ciudadanos. Ojalá y uno pudiera conocer todos los movimientos y colectivos que permiten sumar esfuerzos individuales en favor del bienestar de la mayoría. En todos los rincones de Medellín hay organizaciones de carácter cívico y social que dinamizan procesos de transformación urbana.
La semana pasada se realizó la jornada #YoPuedoProgramar impulsada por Microsoft, la cual en nuestra ciudad tuvo eco en organizaciones sociales que creen en la programación como un nuevo lenguaje para habilitar a todas las personas a ser parte activa de la Economía del Conocimiento. A la cual no se puede llegar, sin ser primero una Sociedad de Conocimiento en donde el saber sea la principal herramienta para resolver los retos sociales.
Actualmente el 54% de la población mundial vive en las ciudades, se espera que en el 2050 el 75% de los habitantes del mundo sean ciudadanos. Las ciudades mueven hoy cerca de la tercera parte del PIB mundial y de esa proporción el 47% se produce en ciudades emergentes.
Las anteriores elecciones regionales y sus resultados en Medellín, son una muestra que reivindica el papel y la credibilidad de los movimientos ciudadanos de carácter independiente. El principal reto que enfrenta la ciudad en los próximos cuatro años es la profunda inequidad que marca a los ciudadanos según el barrio donde hayan nacido.
Así que hay que ampliar las oportunidades que tienen para progresar todos los habitantes de Medellín. Nuestra ciudad cuenta con cerca de 600 mil jóvenes, y según el Plan de juventud para los próximos 10 años, la esperanza de vida varía según la comuna en la ciudad donde habitan.
Es más, hasta las palabras no tienen el mismo significado: un ‘combo’ en El Poblado equivale a unas papitas a la francesa con hamburguesa. En el centro de la ciudad entre jóvenes de clase media, esta palabra denota al grupo de amigos. En cambio entre los jóvenes de los estratos 1 y 2, un ‘combo’ es una banda criminal.