Columnistas

ROBÓTICA, AUTOMATIZACIÓN Y EMPLEO

18 de septiembre de 2018

Hace un par de semanas salió el nuevo libro de Andrés Oppenheimer, Sálvese quien pueda. El futuro del trabajo en la era de la automatización, el cual plantea los retos que se impondrán en tiempos de automatización. La verdad es que en este libro Oppenheimer a diferencia de lo que hacía en otros como Crear o morir, o el mismo ¡Basta de historias!, no plantea muchas novedades en materia de tendencias en automatización para quienes estamos en este mundo. Hay que reconocer que en sus anteriores libros el argentino planteaba tesis sobre innovación, tecnología y educación que fueron bastante reveladoras, abriendo una gran discusión en nuestro país sobre el papel de la tecnología, las nuevas startups, el sistema educativo, en fin, libros en su momento obligados para quienes estamos en las áreas CTi, empresarios, políticos y educadores.

Sin embargo, su nuevo libro trae algunas novedades en sus planteamientos y debo reconocer que es de agradable lectura y puede ser una guía interesante para quienes pretenden entender el impacto de las tecnologías disruptivas en la fuerza laboral actual y del futuro. A través de sus páginas se evidencia cómo algunas de las nuevas compañías de tecnología hoy día solo alcanzan a contratar alrededor del 10 % del total de las personas que en su momento emplearon empresas que también estaban en negocios disruptivos. Tal es el caso de AT&T que llegó a emplear 758.000 personas versus Google que hoy emplea 55.000. Otro caso es el de Bluckbuster, ya desaparecido, que llegó a contar con más de 60.000 empleados, versus el gigante actual, Netflix, que solo tiene 3.500 personas y está en todo el planeta.

La robótica y la automatización llegaron y están creciendo a pasos agigantados. Países como Japón están subsidiando grandes compañías con el 50 % del valor de los robots que adquieran y a las pequeñas con un 69 % a través de un fondo de más de US$ 1.000 millones. A decir verdad este tipo de estrategias gubernamentales les darán una enorme ventaja competitiva, abaratarán el costo de producción de manera dramática, disminuirán los errores y la productividad será de un altísimo nivel. De hecho ya se habla de plantas de producción donde los seres humanos escasean y no superan la cifra de 10 frente a 400 o 500 robots operando a la perfección 7 días a la semana y 24 horas del día.

Oppenheimer también plantea que los robots no son solo para la industria, de igual forma, colonizarán con los servicios, en el caso de los call center se calcula que el porcentaje de humanos será de menos del 50 %. De hecho es uno de los sectores más amenazados, pero también sucederá con los conductores, los maestros y muchas otras profesiones que serán automatizadas en un alto porcentaje tales como la contaduría, las cirugías de los médicos, los agentes de seguros, cajeros de banco, abogados, asesores de inversión, recepcionistas, vendedores de almacén, camarógrafos, los cocineros de comidas rápidas no serán la excepción, al igual que los reporteros que tendrán ayudantes robot para levantar y redactar noticias tediosas y recurrentes.

Por esta y muchas otras razones, se hace necesario que Medellín, Antioquia y Colombia estructuren rápidamente programas de apoyo al sector productivo en robótica y formación en nuevas tendencias laborales, no vaya a ser que por falta de visión y entendimiento de las tendencias tecnológicas terminemos con un sector productivo lánguido y agonizante.