Seguimos atentando contra el planeta
Hoy entra a regir el Acuerdo de París por el cual los países del mundo se comprometen a reducir emisiones a 2030 para evitar que el planeta se recaliente más de 1,5 más grados sobre la era preindustrial.
Sobre ese objetivo se trabaja, pero podría no ser suficiente así todos los que los ratifiquen cumplan, que no es fácil.
El Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente entregó ayer el reporte de emisiones de gases de invernadero. Como para rascarse la cabeza. Es una voz de alarma: el esfuerzo debe ser mayor. Con el Acuerdo, a 2030 las emisiones alcanzarán de 54 a 56 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (medida que concentra los distintos gases de invernadero), muy lejos de las 42 que se requerirían para mantener la meta de 1,5 °C como máximo a 2050.
Al ritmo actual, la temperatura de la Tierra estará a finales de siglo entre 2,9 y 3,5 °C encima de la era previa a la industrialización, industrialización que ha sido motor de la crisis. Un aumento terrible para muchas especies y para gran parte de la humanidad.
El programa de cambio climático de la Nasa muestra que entre 1950 (fecha que algunos geólogos gustarían marcar como el comienzo del Antropoceno por las profundas transformaciones del planeta provocadas por las actividades humanas) y 2015 la temperatura aumentó 0,80 °C.
Las mediciones de la concentración de CO2 del Laboratorio de Mauna Loa muestran que estamos ya en 404 partículas por millón, el nivel más alto en 650 000 años. En enero de 2005 la concentración era de 378 ppm, viéndose una aceleración sostenida de emisiones por las actividades humanas pese a todos los esfuerzos, todas las negociaciones y todas las transformaciones.
Ayer, el Ideam reveló el inventario nacional de gases, mostrando que Colombia contribuye con 0,42% de las emisiones globales, cifra al alza frente al 0,37% de hace unos años, pese a que el compromiso es reducir 20% emisiones a 2030 para cumplir con el Acuerdo que el país no ha ratificado todavía. Antioquia está en la cabeza de los emisores.
El problema es para todos aunque no seamos grandes contaminantes. Las ciudades emiten 70% de los gases y hay que mejorar mucho, como en Medellín y el Valle de Aburrá donde el problema es serio y las medidas insuficientes.
Hoy entra en vigencia el Acuerdo, pero el camino es largo y, como vamos, muy incierto sobre nuestro futuro.
Maullido: o aumenta el maltrato animal o es que se denuncia más hoy.