Columnistas

Sentido común

22 de julio de 2015

Por
Daniel Montoya Madrigal
Universidad Pontificia Bolivariana
Comunicación Social-Periodismo, cuarto semestre
danimonto96@gmail.com

En los últimos años, el hombre ha alcanzado avances antes inimaginables. Desde el establecimiento de Internet y la creación de los Smartphones que se han convertido en una necesidad moderna, hasta lograr poner en órbita una nave que viaja enormes distancias para explorar el Universo y que nos sorprende con imágenes de Plutón.

Esto sin mencionar los computadores, los satélites, los estudios del ADN y muchos otros hallazgos científicos que han abierto nuevas puertas a la humanidad. Desarrollos que han dejado de pertenecer a la ciencia ficción.

Sin embargo, ni los más grandes inventos han logrado darle al ser humano lo que siempre le ha faltado: sentido común. Hace unos años, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) entregó una cifra reveladora: el mundo necesita 30.000 millones de dólares anuales para erradicar la amenaza del hambre.

Aunque la cifra es alta, parece opacarse al ser comparada con el más del billón de dólares que se gasta en todo el mundo para la compra de armamento. La idea de que se invierte más en asesinar al vecino que en saciar el hambre del mundo es deprimente.

Un ejemplo tan simple como este nos plantea una pregunta, ¿somos buenos administradores del planeta?

Solo hay que detenerse un poco y pensar para afirmar que, como la especie más inteligente sobre la faz de la tierra, el hombre debería ser el encargado de preservar e inclusive de mejorar las condiciones para todos los seres vivos que se encuentran en el globo.

Y no lo logramos. Lo irónico del asunto es que ya estamos preocupados por buscar otro hogar, en vista de que la Tierra está agonizando. Nuestra incapacidad de administrar los recursos nos ha llevado al límite y buscar otros mundos habitables parece ser una alternativa que las potencias analizan.

Pero, ¿qué contaremos a las generaciones futuras? ¿Cuidaríamos un posible nuevo hogar? Nadie tiene las respuestas, sin embargo sabemos que somos el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra .

*Taller de Opinión es un proyecto de
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