Ser Pilo Paga: una apuesta por la calidad
Por Mauricio Alviar Ramírez*
redaccion@elcolombiano.com.co
En las dos versiones del programa Ser Pilo Paga –SPP- ha habido posturas a favor y en contra. Hay quienes señalan que se trata de una transferencia de recursos del sector público al sector privado y hay quienes dicen que ofrece oportunidades claras de acceso a la educación de calidad y así contribuye a una mejor distribución del ingreso.
Más allá de estas apreciaciones, hay factores que se deben destacar. En primer lugar, el programa fue diseñado para que unos veinte mil jóvenes de escasos recursos pero con buen desempeño en la educación secundaria, pudieran acceder a universidades acreditadas de alta calidad. Esto permite una mejor focalización del subsidio y apunta a la calidad de la formación, condición para la verdadera equidad. El hecho de considerar solo las universidades acreditadas habla de la coherencia de SPP con el sistema de aseguramiento de la calidad que debe ser el eje central de la educación superior del país.
En segundo lugar, las condiciones del programa también favorecen a aquellos jóvenes beneficiarios que quieran continuar estudios de posgrado, ya que podrían hacerlos sin el peso de una deuda adquirida en algún sistema de crédito para la financiación de sus pregrados. Este asunto es importante toda vez que entre los jóvenes estudiantes de escasos recursos hay talentos extraordinarios que pueden representar el cambio generacional de la academia.
Ahora bien, cuando algunos afirman que con los recursos públicos del programa se podrían haber ofrecido más de 20 mil cupos en las universidades públicas, se subestima la complejidad del subsistema de educación superior. Si bien es cierto que las universidades públicas requieren mayores recursos de base presupuestal, también es cierto que no estarían hoy en condiciones de ofrecer esos cupos nuevos por razones de infraestructura y planta profesoral. No resulta adecuado solamente dividir el presupuesto de SPP por el costo público promedio de un estudiante debido a que las mejoras en infraestructura y de expansión de la planta profesoral en las universidades públicas es un proceso gradual que toma tiempo.
También es importante evidenciar los resultados positivos en materia de permanencia estudiantil. En el caso de la Universidad de Antioquia a la fecha, culminado el semestre 2016-1, de un total de 207 pilos, solo han desertado siete. La deserción temprana apenas es el 3 por ciento, comparada con el 20 por ciento para el resto de los estudiantes admitidos no beneficiarios de SPP.
Que los beneficiarios del programa se concentren mayoritariamente en universidades privadas, tiene que generar una discusión al interior de las universidades públicas en cuanto a la baja capacidad para atraer a los jóvenes a sus claustros.
En síntesis, el programa Ser Pilo Paga es un subsidio del Estado que permite focalizar y hacer seguimiento a miles de jóvenes que de otra manera no tendrían la posibilidad de mejorar su calidad de vida y la de sus familias al recibir una educación superior de calidad, en un esfuerzo muy grande por mejorar las condiciones de equidad de la población.
*Rector U. de Antioquia.