Columnistas

¿Será que el delito sí paga?

05 de diciembre de 2014

Por Luis Fernando Rodríguez

Algunos ejemplos :

Reforma tributaria. Pasó sin cárcel para evasores de impuestos. Se puede arriesgar porque si te pillan no tiene repercusiones penales.

Cartel del papel higiénico. El delator no recibió castigo porque le perdonaron el 100% de la pena por ser el primero en delatar. Cartel del Pañal, del Cemento, Agro Ingreso Seguro, y más de lo mismo.

Rebaja de penas para el que delata, es decir la persona comete el delito y confía que si lo “pillan “, con la colaboración sus penas serán sustancialmente rebajadas, es decir, logra lucrarse con el ilícito y al final termina con plata y con penas ridículas.

Y la gota que derramó el vaso. Dijo el presidente de la república en estos días.

“Vamos a tener que ser un poquito más flexibles”, enfatizó Santos, quien precisó que entre la posibilidades de ampliar el delito político “puede ser narcotráfico o beneficio del narcotráfico”.

En este sentido, la laxitud de la justicia es como los ciudadanos de una nación se dejan contaminar con el estado de cosas, al considerar que lo ético y justo no tiene importancia a la hora de actuar dentro de un marco jurídico.

Los pilares de una democracia deben tener como soporte, que sus autoridades y máximos representantes, den ejemplo de rectitud y no bordeen el peligroso camino de conseguir ciertos objetivos (por loables que sean) dando este tipo de “gabelas” a la delincuencia y por lo que se puede ver este es el camino que se ha escogido en el país desde hace bastante tiempo.