Columnistas

Sin personalismos, celebremos el Nobel

11 de octubre de 2016

Creo que casi todos los que votamos por el NO queremos la paz y por tanto hoy nos alegramos con el premio Nobel otorgado al presidente, aunque tengamos puntos de vista divergentes sobre lo aprobado por la comisión, dirigida por H. de la Calle, que negoció en Cuba con las Farc. El plebiscito no fue un voto por o contra la paz. El ex presidente Uribe escribió en Twitter: “Felicito el Nobel para el presidente Santos, deseo que conduzca a cambiar acuerdos dañinos para la democracia”.

El Comité que otorga el galardón señaló a Santos como el Gran Impulsor del proceso de paz en Colombia. Y cuando le preguntaron por qué no le habían dado el premio a Rodrigo Granda o alguno de los jefes de las Farc, respondió que ellos no daban explicaciones. Y también especificó: “Este es un homenaje al pueblo colombiano que a pesar de todos los abusos sufridos no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa”.

Además, mal haríamos, los unos o los otros, en sembrar cizaña si perseguimos la armonía y la tranquilidad. Este galardón debe llevarnos a todos a no descalificarnos los unos a los otros, a no usar calificativos negativos o mordaces como guerreristas. Como dice Plinio Apuleyo que las Farc “se sirven de la magia verbal para maquillar sus acciones terroristas, los secuestros son llamados retenciones, la extorsión, es un impuesto de guerra, el narcotráfico, un anexo económico”, etc.

Lo pactado en Cuba dio como resultado el triunfo del NO, con más de 6 millones de votos que llevan a nuevas propuestas para destrabar los acuerdos, en los cuales se premiaban hasta los crímenes atroces, se justificaba la más grande campaña publicitaria de Colombia en toda su historia. Cómo va a ser paz entregarle a un grupo de no más de 5.600 guerrilleros, 10 curules en el Congreso colombiano (otras 16 posibles), 31 emisoras, control sobre vastos territorios, innumerables nuevas instituciones, millones de pesos para sus futuras campañas políticas que sumados a los miles de millones de dólares escondidos harían del partido político que nace de este engendro el más fuerte de Colombia, sin nunca haberse ganado legítimamente un voto. Cómo va a ser PAZ suplantar la justicia colombiana, por un tribunal conformado por amigos de los victimarios, cómo va a ser PAZ indultar, sin un solo día de cárcel, a los responsables de los más abominables crímenes de este país.

Y ahora resulta en una enorme cacería de brujas a quienes osaron aportar un poco de dinero para contrarrestar los ríos de mermelada, como si fuese un delito creer en la democracia. Para los grandes medios es un pecado mayúsculo haber financiado el NO para oponerse al convenio acordado en Cuba. Es un delito haber resaltado los puntos textualmente que parecen aberrantes.

Qué bueno sería que, ahora en medio del júbilo que reina en el país por el Nobel al presidente Santos, también se piense en aplicar una justicia igual para todos y recordáramos a los presos que llevan varios años detenidos y equilibraran las persecuciones contra miembros de las fuerzas de la Policía y el Ejército, con la justicia que juzgará y perdonará a las guerrillas sus innumerables pecados.