Columnistas

Discurso de Martha Ortiz en la entrega del premio El Colombiano Ejemplar

13 de marzo de 2017

Buenas noches,

Deseo empezar por dar las gracias. Gracias a los ganadores por inspirar la magia de esta noche. Gracias a los jurados por su compromiso en la difícil tarea de elegir. Gracias a Julia Salvi, a la Fundación Salvi y al maestro Antonio Miscená por ser con su música cómplices de esta noche. Gracias a la Red de Escuelas de Música de Medellín y a su director por compartirnos su talento. Gracias a todos los asistentes por atreverse a sentir.

Vamos a ver si hablamos un poco, sintiendo el peso semántico, a veces olvidado de las palabras.

Una sociedad justa, mínimamente, debe proteger los derechos humanos. De lo contrario, es inhumana, nos recordó hace un par de semanas y respirando este mismo aire Adela Cortina.

Estos derechos, incluyen derechos civiles y políticos como la libertad, y derechos sociales, económicos y culturales como la igualdad.

Hoy, hacemos un evento de puertas abiertas, disfrutemos del aire y mirémonos unos a otros, sintamos desprevenidamente las deudas con la dignidad por la falta de justicia, las deudas con los sueños por tener un entorno con falencias en oportunidades y las deudas con la inclusión por la falta de equidad.

Está bien, no nos debemos asustar con nuestra debilidad, ciertamente somos una democracia imperfecta, pero esta bella sociedad tiene esperanza, porque es estoica y es valiente.

Contra lo negativo estamos construyendo el futuro gracias a ciudadanos sin pretensiones que en todos los rincones del país han invitado a las virtudes y rechazado a los vicios porque se han comprometido con el bien del otro y de su comunidad como un fin de su existencia.

Quizás porque para ser feliz es imprescindible encontrarle sentido a la vida y difícilmente se puede ser feliz si el otro no es feliz, difícilmente se es feliz si no se es coherente consigo mismo, si no nos cumplimos así mismos y si no le cumplimos al otro.

A quienes tienen más de una palabra mala contra su comunidad. A quienes tienen más de dos palabras malas contra su ciudad. A quienes tienen más de tres palabras malas contra su país. A quienes tienen más de cuatro palabras malas contra su planeta. A quienes tienen más de cinco palabras malas contra su vida. A todos ellos les invito a abrir el alma esta noche porque en las historias de estos colombianos ejemplares está el antídoto, porque en ellos la fe y la magia son reales y en ellos está claro que la felicidad es algo que no se debe negociar.

Quiero darles entonces la bienvenida a esta fiesta de la esperanza y desearles, en estos términos, mucha felicidad.

Gracias .

* Palabras de la directora de EL COLOMBIANO en la ceremonia de entrega del premio El Colombiano Ejemplar