Columnistas

SOBRE EL GOBIERNO

01 de agosto de 2015

Estación Tantos, siendo los tantos no solo los problemas existentes sino la convocación diaria de esos problemas (aumentándolos y volviéndolos más complejos) debido a la falta de previsión, planeación y control debido, que las leyes y normas no operan solo por ser escritas, discutidas y aprobadas sino porque se convierten en hechos reales, creando solidez y equilibrio institucional. Sí se tiene con qué y cómo hacer cumplir la ley y la norma para que estas no se conviertan en rey de burlas o en un medio de confundir lo poco estable que hay, lo legislado como hecho cobra cuerpo y tiene un lugar. Si no, es una apariencia, algo líquido que fluye en desorden y en ciertos puntos se evapora. Y el gobierno (o si se quiere la gerencia) es un asunto de actos pactados, siendo este pacto el funcionamiento debido para que la acción ejecutada sea positiva. Porque la ley y la norma no son una discusión sino un método para que el error no se dé. Pero si están ahí y no se cumplen, lo que sigue...

Gobernar no es un arte sino una metodología creada y mejorada por la razón para que la vida en sociedad funcione buscando el sumo bien, que es el bienestar debido, la inclusión y la equidad. Así que su función es organizar, situar cada cosa en su lugar y lograr beneficios comunes que propicien mejores hombres y mujeres en estado de libertad, es decir, sin miedo. Y si bien esto parece una utopía, muchos gobiernos se han acercado a ella. Porque la utopía no es un fin sino el camino para encontrar soluciones. Y los buenos gobiernos, no solo encuentran soluciones sociales sino que las establecen como valores inamovibles mientras no se encuentre una mejor. Y esas soluciones, que para los impedidos (ancianos, niños e inválidos) serían derechos, para los ciudadanos normales son deberes actuando.

El mejor gobierno es el que menos gobierna porque tiene unos ciudadanos tan calificados que puede centrar todos sus esfuerzos en sostener la calidad obtenida y dedicarse a la integralidad (mejorar el planeta) y a la producción de ciencia y pensamiento avanzado. Y gobierna menos porque sus ciudadanos a partir de la cultura tienen identidad y entienden la diferencia, a partir de la política participan y son justos, y son solidarios porque, mediante la economía aprenden a transferir (producir para transformar) y así dignifican el ser útiles. Y si hay ciudadano creado, política activa y economía debida, existe la libertad, que solo es posible a través de ciudadanos autónomos que, siendo mejores o iguales que el gobierno logran una representación real, como dice el profesor de la UPB, Luis Castrillón López.

Acotación: Gobernar no es reprimir, es permitir que los deberes creen los derechos, que se alcanzan mediante hechos responsables. Un derecho es una construcción que hace un ciudadano educado como tal: tolerante, creador de equidad, productivo porque tiene un oficio y está dispuesto siempre a mejorar. Es muy simple. Como es simple también que una ley y una norma burladas ya son el inicio de la barbarie.