Soñar en fotogramas
Por Lina María Múnera G.
muneralina66@gmail.com
Propósito para el 2021: comenzar el año buscando refugio, ilusión, sentido y trascendencia en la imagen. O como dijo Jean-Luc Godard intentando definir el cine: predisponerse para un encuentro.
Tras la imposibilidad de asistir a salas de cine durante casi todo el año pasado y la perspectiva semejante para este, las plataformas digitales se confirman como la solución (¿temporal?) para esa necesidad de oxígeno de tantos aficionados. Estudios gigantescos como el de la Metro Golden Mayer (MGM) anuncian que lanzarán todas sus películas en teatros y streaming a la vez. Cientos de series de mayor o menor calidad se acumulan en Netflix, HBO, Amazon, Disney, etc. Las posibilidades se multiplican de manera exponencial y, aunque siempre es necesario dejarse sorprender, conviene estar bien informado para saber elegir con criterio.
Sin que haya certezas de estrenos debido al ritmo vertiginoso con el que hemos aprendido que las cosas pueden cambiar, una rápida consulta a la web de IMDb informa que para este año hay más de 4.400 películas pendientes de proyección entre las acumuladas del 2020 y las programadas para el 2021, muchas de ellas realizadas durante la pandemia. Hay franquicias, secuelas, remakes, y cientos de temas originales y reflexivos que abarcan todos los aspectos de la realidad contemplados bajo la óptica estética que da esta forma de arte. De entre éstas, sólo dos colombianas: El soplo del diablo y La sonrisa de Nico; una de Disney inspirada en Colombia y titulada Encanto, y la muy esperada serie 100 Años de Soledad, que cuenta con la producción ejecutiva de los dos hijos de Gabo, Rodrigo y Gonzalo.
Recrear la vida ahora más que nunca. Encontrar personajes complejos que logren expresar los distintos matices que tiene un ser humano. Dejarse llevar por historias imposibles, imaginar el futuro, fantasear con el pasado o pensar este presente que habitamos. Abstraerse durante un rato, a veces más, de la apabullante cotidianidad. Como los libros, pero desde el lenguaje visual, el cine es un alimento y un vicio en el que hay que regodearse sin prisa, asumiendo desde ahora que bien sea en un teatro o en la casa el deleite que produce es absolutamente indispensable para continuar la marcha.
Ese encuentro del que hablaba Godard es un buen arranque para este año de tantas incertidumbres y esperanzas que acabamos de empezar. Son muchas las preguntas que nos hacemos ahora y con seguridad algunas de las respuestas están por descubrirse tras un fotograma. Sólo hay que abrir los sentidos y la mente a todo eso que el cine sabe ofrecernos. Es decir, predisponerse