TRL
La transferencia tecnológica es un objetivo que deben buscar, no solo las empresas con sus nuevos productos en el mercado, sino también los grupos de investigación de las universidades. Esto último se puede dar, cuando transfieren sus prototipos, a nivel del laboratorio, para que las empresas inicien la etapa de escalamiento. Las tecnologías tienen diferentes niveles de madurez que pasan, por el concepto, la etapa de laboratorio, el prototipo funcional hasta el sistema completo. Es importante identificar este nivel con precisión para comprender el grado de avance de una tecnología y determinar cuándo está lista para salir al mercado.
Las TRL, reconocidas en inglés como Technology Readiness Level, nacieron en la NASA, a mediados de los años 70, y posteriormente se difundieron para ser aplicadas a diferentes sectores tecnológicos, ya no solo el de la industria aeroespacial. En la actualidad, existen 9 niveles de preparación en este sentido. En el laboratorio se dan cuatro de los niveles de las TRL. El TRL 1 tiene lugar en la investigación básica, cuando los principios fundamentales de la idea han sido cualitativamente postulados y observados. El TRL 2 se alcanza cuando se empieza a formular la tecnología y a determinar una aplicación práctica. El TRL 3 se da en los primeros ensayos de laboratorio que van configurando una prueba de concepto. Y, por último, en el TRL 4 se inicia la validación tecnológica y se intentan integrar los componentes en un solo sistema, conformando un prototipo bajo condiciones controladas. Luego, se pasa a un segundo bloque de desarrollo del prototipo que abarca dos nuevos niveles. En el TRL 5 ya se debe tener un prototipo, que se puede simular en un entorno, modelándolo técnica y comercialmente. Y en el TRL 6 la tecnología se valida en un medio real a escala pequeña. Superadas estas etapas se llega al último bloque, de entorno real e innovación. El TRL 7 supone un nivel donde el prototipo se prueba en condiciones muy similares a las reales, la tecnología se demuestra que funciona y opera a escala precomercial. Ya en TRL 8 se prueba que la tecnología funciona y se lanza a nivel comercial a gran escala. Y, finalmente, en el TRL 9 se dice que el producto o servicio está totalmente desarrollado y disponible para los usuarios.
Esta herramienta es muy valiosa para que las universidades y las empresas puedan entender en qué grado se encuentra una tecnología y, más allá, determinar en su pipeline de innovación, cuál es el flujo y madurez del total de sus tecnologías. Así mismo, funciona para estresar el sistema interno y buscar, durante este proceso, que las tecnologías alcancen el mercado, y en lo posible no se lancen antes de tiempo o se dejen de lanzar a pesar de su madurez correcta.
P.D: actualmente nos encontramos realizando la primera encuesta de Ciencia, Tecnología e innovación del pacto Medellinnovation, la cual nos dará la línea base en los indicadores estratégicos de CTI para la región. Esta encuesta será uno de los argumentos para premiar el próximo noviembre a los más innovadores en Antioquia, gracias no solamente a las inversiones, sino a su capacidad de innovar.