Un buen periodismo radial
A propósito del pasado Día del Periodista quiero destacar la labor de este bello oficio en la tarea que debe realizar para entregar elementos que sirvan al entendimiento de los acontecimientos del día a día. Comprendo, pero no justifico, que en medio de un país con tantas injusticias, donde el sistema judicial está tan lesionado por la corrupción, los periodistas quieran a veces ejercer de jueces.
Este tipo de ejercicio es muy rutilante y tiende a elevar a categoría de estrellas a quienes lo practican. Pero su afán de enjuiciar no necesariamente le asegura imparcialidad. Es un periodismo con el peligro permanente de actuar como en un batallón de fusileros, que operan bajo la orden perentoria de disparar en cada intervención sin pensar que tanto ruido confunde el entendimiento y puede dejar muertos.
Muchas veces en su forma de preguntar, ya hay un juicio implícito o es una forma de azuzar a los entrevistados entre sí, para ponerlos a pelear. País pendenciero.
Prefiero el ejercicio profesional que se detiene en la explicación, en la contextualización, en mostrar las varias perspectivas; en aquel periodismo que trata de entender para presentar alguna explicación al público. Me gusta más el periodismo que ve el público como un agente perspicaz, inteligente, con discernimiento y capaz de sacar sus propias conclusiones sin tener que ser expuesto como testigo de primera mano al estruendo en el paredón de los fusilados.
Hace dos semanas publiqué en esta misma columna sobre el “periodismo de rumor”. Entre otras, escribí que “Uno de los problemas del periodismo radial es que tiene la tendencia de investigar al aire y mientras va preguntando parece que a la vez va acusando o mínimamente tendiendo un manto de dudas”.
Pero hoy quiero decir que en el espectro radial de la mañana hay una voz que merece ser escuchada, la voz de Yolanda Ruiz. No la conozco ni me conoce. Solo desde finales del año pasado llegué a ella (confieso que a pesar de la prevención que me genera la casa periodística para la que trabaja), y entonces descubrí a una periodista y a su equipo de trabajo, con un maravilloso ánimo de preguntar para entender, no de preguntar para acusar ni para azuzar. Ese periodismo es el que hay que ejercer e imitar, y apoyar desde las audiencias.