Un Futuro Común sin Mala Adaptación
Según Andrew C. Revkin, de The New York Times, hace ocho días, en París, científicos del mundo trazaron nuevas rutas para que la humanidad tenga una nueva relación sostenible con el clima de la Tierra.
Como preámbulo a la reunión del Panel Intergubernamental de Cambio Climático IPCC, por sus siglas en inglés, los expertos suministraron diferentes tendencias y retos para la humanidad con aspiraciones infinitas desde los campos tecnológicos, sociales y ambientales, para un sistema climático que ya muestra signos de cambios en la humanidad realmente perjudiciales y preocupantes.
Según Andrew, el encuentro llamado “Nuestro futuro común bajo el cambio climático” fue “refrescante”, pues se mostró con profundidad y amplitud información científica sobre las diferentes formas de cambiar las erróneas trayectorias del desarrollo económico hacia las que generan mejores resultados, tanto para la reducción de emisiones de gases efecto invernadero GEI como en impulsar la palabra “resiliencia” para gestionar dichos riesgos.
Para NYT esta reunión mostró un marcado contraste con la realizada en el 2009 en Copenhague, antes de los fallidos intentos por alcanzar un nuevo acuerdo sobre el clima. Andrew esta vez le dio el calificativo de una reunión “muy constructiva”, pues nadie estuvo eludiendo las preocupantes tendencias del calentamiento. “Todo el mundo estuvo apuntando a entregar soluciones viables”, afirmó Revkin.
Por ejemplo, en plenaria, Ottmar Edenhofer, líder del último reporte del IPCC, describió cómo aún, en el último año, en un escenario hipotético sin crecimiento de emisiones de gases efecto invernadero, GEI, el sistema de energía global estuvo “re-carbonizándose”, es decir, las emisiones de carbono continuaron afectando la atmósfera. Según el mismo Ottmar, en parte se debe a la carrera por parte de los países menos desarrollados de explotar carbón a bajo precio.
En entrevista sostenida con The New York Times, el profesor Saleemul Huq, analista de las necesidades y opciones de la adaptación al cambio climático en el International Institute for Environment and Development -IIED-, dijo que el primer paso para recortar lo peor de los impactos que nos arroja el cambio climático es estar fuera del peligro. Para él, la primera cosa que se debe hacer es parar de hacer “mala adaptación”.
Entendemos por “mala adaptación” al rasgo perjudicial que no favorece a la sociedad, al sector económico, al ecosistema o al territorio, ni mucho menos al individuo, en el proceso de superar los impactos del calentamiento global; en contraste con los beneficios de la verdadera adaptación que busca la reducción de los efectos y el aprovechamiento de los beneficios.
Por lo tanto, es bueno recordar, especialmente al Gobierno Nacional, a través de su nuevo Fondo de Adaptación, a la empresa privada y a las demás autoridades territoriales y ambientales que ningún proyecto o programa de adaptación es viable sin información, base científica de los escenarios hidroclimáticos que justifiquen dicha inversión. El primer paso para una buena adaptación es la elaboración del diagnóstico ambiental y social que justifica la necesidad de adaptar el territorio, ecosistema, sector o individuos.
Generalmente, la causa de una “mala adaptación” se debe a que la mayoría de proyectos son aprobados sin una justificación científica clara y verificable. Invertir en muros de concreto o murallas de gaviones para detener las inundaciones no siempre es la mejor solución. Los programas y proyectos deben ser costo-eficientes en su implementación y resultados, basados en un nuevo escenario de riesgos que debe ser documentado y levantado en un mapa, para el beneficio de todos.
No siempre la adaptación es sinónimo de recursos de inversión. Muchas veces la simple conservación de ecosistemas estratégicos es la mejor medida para reducir los riesgos del clima. La implementación de la estrategia de monitoreo y seguimiento de las metas por alcanzar será siempre la estrategia clave de su éxito.