Columnistas

¿UN “MODERADO” PROBLEMA DE CONTAMINACIÓN?

01 de diciembre de 2016

Por SANTIAGO LEYVA BOTERO*
sleyvabo@eafit.edu.co

El martes 29 de noviembre, a las 9:15 p.m., cuando escribía esta columna, solo una de las ocho estaciones de medición de la contaminación del Valle de Aburrá aparecía marcada con un punto rojo (denotando un aire muy dañino). Todas las demás estaciones marcaban una calidad del aire “moderada”. Estos indicadores, sin el alarmante color rojo, contrastan ampliamente con la emergencia ambiental vivida durante el primer semestre de 2016, pudiendo llevar a muchos a pensar que lo peor quedó atrás.

Sin embargo, el cambio no es tan claro. Basta con observar que la medición de ayer de la estación del Metro de La Estrella, si se comparara con la base de datos de 3000 ciudades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2016, ocuparía el lugar 177 en el ranquin del planeta en clave del material particulado inferior a 2.5 µm (milésimas de milímetro). Un lugar mucho mejor, aunque no por ello menos alarmante, que el cuarto lugar alcanzado por el Valle de Aburrá en el ranquin mundial de contaminación, durante la emergencia de marzo y abril cuando se llegó a un nivel de entre 130 y 160 por metro cúbico de material particulado inferior a 2.5 µm.

Obviamente, los técnicos dirán que estas comparaciones no se deben hacer, pues enfrentan a promedios de todo un año de la OMS con datos tomados de eventos episódicos de promedios de 24 horas. Pero ocurre justamente lo contrario: estas son las discusiones que hay que dar para rescatar el debate de las manos de los técnicos y traerlo a la agenda ciudadana. Para que entendamos la gravedad de la situación, se debe señalar que los estándares que existen en el país son bastante bajos y no visibilizan el problema. Por ejemplo, el valor sugerido en Colombia para material particulado menor a 2.5 µm es de 50 g/m3 para una media de 24 horas, lo cual supera en dos el nivel recomendado por la OMS. Esto implica, solo tomando este indicador como referencia, que si fijáramos las guías de la OMS como el estándar de los medidores del Valle de Aburrá, la mayoría de ellos (6 de 8) estarían mostrando una calidad de aire dañino en las últimas 24 horas (29/11/2016). En otras palabras, es solo porque el estándar colombiano es mucho más permisivo, que buena parte del tiempo nuestros medidores aparecen como “moderados”.

¿Sabemos cuáles son las consecuencias de estos estándares? ¿Tenemos estudios epidemiológicos para estas líneas de corte? No, la realidad es que no existe una idea clara de cuál es el efecto de no llamar emergencia ambiental a un nivel de contaminación que supera los estándares internacionales. µ

En resumen, si se adoptaran en el Aburrá los estándares de la OMS, podríamos decir que hemos pasado varios meses del año en estado crítico, todo esto sin darnos cuenta. No podemos perder de vista que los puntos rojos son construcciones políticas que ayudan a visibilizar problemas y permiten ponerlos en la agenda pública. En nuestra ciudad necesitamos una discusión urgente de los estándares que tenemos y sobre todo de los efectos epidemiológicos de estos estándares en la salud de todos, solo así podremos despertar de la tragedia que implica seguir abusando del aire como bien común.

* Jefe Departamento de
Gobierno y Ciencias
Políticas, Universidad Eafit
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