Un mundo que le apueste a la mujer
El problema inicial de las brechas entre hombres y mujeres era que no sabíamos exactamente su tamaño y tampoco cómo medirlas, pues se manifestaban en distintos campos y de maneras muy particulares. Hoy el mundo ha avanzado en reducir dicho silencio estadístico, más no en acelerar el ritmo de avance para aprovechar por completo el potencial de las mujeres, por lo que se sigue en deuda con más de la mitad de la población mundial. Hoy los datos de los que disponemos nos muestran la urgencia de implementar políticas que permitan avanzar mucho más rápido.
Según el “Reporte de Brecha de Género Global” 2016 realizado por el Foro Económico Mundial, en Colombia los mayores rezagos se encuentran en el empoderamiento político, en particular por la baja participación de mujeres en el Congreso y porque nunca hemos tenido una mujer a la cabeza del Estado. Por su parte, los resultados son mejores en materia económica, salud y educación, aunque en temas puntuales destacan la brecha salarial entre hombres y mujeres que se desempeñan en cargos similares y la baja participación en la fuerza laboral de la mujer colombiana respecto a lo observado en otros países.
En el sector público y académico existen varios casos que evidencian que en Colombia a veces podemos retroceder en lugar de progresar. Por ejemplo, en los procesos para los ascensos en las Fuerzas Militares sigue existiendo un sesgo de género que se manifiesta en la baja participación de las mujeres, aun cuando muchas se postulan y cuentan con amplias trayectorias académicas y laborales dentro de sus respectivas instituciones. Algo así sucede con la representatividad de las mujeres en congresos académicos, plantas de profesores y de investigadores, esto incluso en las universidades más progresistas y prestigiosas.
Por su parte, hace unos días fue publicada la segunda versión del ranquin de equidad de género en las organizaciones, realizado por Aequales, la alcaldía de Bogotá y el Cesa, y los resultados nos muestran que en el sector privado de Colombia las cosas tampoco están evolucionando al ritmo esperado, pues –por ejemplo- la participación de mujeres en cargos directivos se mantiene sin cambios en un 34 %. Asimismo, solo el 29,8 % de las organizaciones que participaron en el ranquin tienen políticas de equidad de género.
La semana pasada se llevó a cabo la Conferencia Regional de la Mujer en Montevideo, Uruguay, organizada por la Cepal. En ese espacio se discutieron los caminos a seguir para que las mujeres alcancen su autonomía física, económica y política. Nuestro país estuvo presente a través de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y del Dane, y esperamos que ello contribuya a que adoptemos las mejores prácticas mundiales para tener un desarrollo equitativo e incluyente. Ello requiere cambios en la politica pública y cambios culturales para que la sociedad abra oportunidades iguales a las mujeres y los hombres y para que se beneficie del enorme potencial intelectual, laboral, organizacional y social que las mujeres tenemos para aportar a la sociedad colombiana. Queremos un mundo, público, privado, empresarial, académico y político que le apueste a la mujer.