UN PEAJE HACIA UN LUGAR EQUIVOCADO
Todo parece indicar que la estación de peaje localizada en la vía Sanchopaisa -Sajonia que conduce al aeropuerto JMC, será reubicada hacia los límites de Envigado y Rionegro y el cobro se continuará recaudando, quizá de manera ilimitada, los costos de construcción de una obra cuya inversión de apenas $ 6.000 millones ya se ha pagado muchas veces durante los 23 años de operación de la vía.
Un proyecto cuyo esquema de financiación tripartita: Departamento de Antioquia, contratistas y valorización resultó tan exitoso, que apenas fueron suficientes cinco años para recuperar la inversión pero el recaudo se convirtió en “minita” para atender hasta los costos de iluminación del cicatero “mejoramiento” y ampliación a doble calzada de Las Palmas y las otras fases que comprende el Contrato de concesión Túnel de Aburrá-Oriente.
El solo recaudo de hoy es superior a los $4.300 millones mensuales, merced a un tráfico promedio diario que ya supera los 15.000 vehículos y que llegó al límite de la capacidad práctica de la vía, sin que se vislumbre, a pesar de los gigantescos ingresos, la construcción de un tercer carril mientras hacia el 2018 entra en operación el túnel y así aliviar las cargas de tráfico de la puerta de entrada y salida desde y hacia el aeropuerto que sirve a la ciudad y cuyo movimiento de pasajeros en el 2014 superó los 6.5 millones.
Conviene recordar que de los 30.000 vehículos diarios (TPDA de cuatro días), un 54.1 % prefiere Las Palmas y de esos, un 66 %, o sea unos 10.700 vehículos, utilizan la variante al aeropuerto y que registra, por insegura y estar al límite de su capacidad práctica, un alto índice de accidentalidad (268 por cada 10.000 vehículos).
Hoy, más de 18.000 pasajeros diarios son sometidos a un viaje cuya duración resulta incierta a determinadas horas y con el traslado del peaje se incrementará, porque el nuevo sitio no reúne las condiciones topográficas para construir tramos rectos, planos y un número suficiente de carriles de pago que eliminen las colas vehiculares que hoy se generarán en la cima de una montaña; entonces: ¿para qué trasladarlo y a qué costo, si no se van a mejorar las condiciones, sino que por el contrario se empeorarán?
Se olvida que para el pago de un peaje, los concesionarios de una obra deben brindar a los usuarios formas ágiles que garanticen los mínimos en las operaciones de recaudo y que los tiempos ocasionados por las colas no borren las supuestas economías en tiempo, seguridad y costos de operación ofrecidos e incrementen además la contaminación ambiental por el mayor consumo de combustible .