Una fiesta de libros
Mañana empieza la 12ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín; por eso, me tomo el atrevimiento de compartir con los fieles lectores de esta columna, un texto que escribí, semanas atrás, para invitar a todos los habitantes de Medellín a una fiesta que durará 10 días alrededor de los libros.
Hace poco me preguntaron con qué soñaba, y yo respondí que soñaba con ver a todos los habitantes de Medellín leyendo un libro por las calles. Entonces, la persona que me preguntó me dijo que podría ser peligroso porque la gente tendría el riesgo de caerse. Yo respondí categóricamente: lo que pasa es que cuando la gente lee no camina, vuela, y cuando uno vuela, ya no quiere volver a caminar.
Desde la Fiesta del Libro y la Cultura, hemos tenido un sueño, que Medellín respire libros todo el tiempo, en todos los espacios. Me gusta imaginar libros en las bancas de un parque esperando a un lector, o a otro par haciendo fila en el metro para hacerle un viaje más amable a un transeúnte. Libros como plantas que crecen y crecen y no se marchitan, al contrario, entre más se leen, más vitales se vuelven porque van quedando en la memoria de los lectores y eso, por sí solo, ya es magia.
Nadie en la ciudad debería pasar un día sin acariciar un libro, tocarle el lomo, intuirlo, abrirlo para charlar con él. Un libro, de tanto acariciarlo, se vuelve familiar, nunca manso, porque un libro jamás se someterá, un libro tiene vida propia, una fuerza que a veces también puede rebelarse ante alguien que él no considere debe conocer sus entrañas en ese instante. Por eso a los libros hay que darles muchas oportunidades, sacarlos a pasear al parque como a una novia que se ama profundamente, invitarlos a helado. A los libros les gusta tomar el sol para que no les den hongos. Son buenos compañeros, no juzgan y son capaces de guardar silencio si es necesario.
Poco a poco nuestra ciudad está entendiendo esto, cada día nos afianzamos más en la lectura. La Fiesta del Libro es un pretexto para llegar a nuevas historias. Esta es una Fiesta donde no se juzga a las personas que no leen, esta es una Fiesta que simplemente provoca, incita desde el encuentro en el espacio público para enamorarnos de todas las formas de leer. En una fiesta uno busca pasar bueno, eso es lo que queremos en este encuentro con el libro.