Uribe y sus hijos aún creen en colombia
No hay tal amenaza del “castrochavismo”, no hay un país en ciernes de su “farcquización”, no estamos a la deriva en una nave perforada y hundiéndose, no tenemos un Estado y un gobierno tan incapaces de garantizar seguridad, inversión y empleo. Es por lo menos el mensaje más reciente que envían los hijos del expresidente Álvaro Uribe, quienes lideraron un grupo de inversionistas que acaba de inaugurar un centro comercial de 155 locales, en Montería, cuya obra alcanzó un valor de 120 mil millones de pesos.
Según el periódico El Heraldo, se consideraron otras ciudades (Soledad, Atlántico, y Apartadó, Antioquia), pero la capital cordobesa está en los afectos y el conocimiento de los Uribe. Un amor ubérrimo.
No puede estar tan mal Colombia, tan condenada al fracaso por la reciente firma de un proceso de paz “engañoso”, cuando el senador Uribe les permite a sus muchachos poner en juego (de jugadores económicos) semejante capital. Con información y contactos privilegiados, con el peso mismo de la marca de sus nombres en la política, los negocios y la vida social, es impensable que el “Centro Comercial Nuestro” hubiese siquiera pasado un estudio de mercadeo y factibilidades si este país estuviese a las puertas de ser otra Venezuela. Mejor irse a Miami, chamos.
Este no es un acto con la fe de los carboneros, que no pueden establecer en la oscuridad de la mina la dimensión de la riqueza, o su ausencia. Es un paso decidido de confianza inversionista que revela que Colombia aún tiene futuro. El proyecto empezó a trazarse en 2014, cuando no se sabía qué podía pasar con las negociaciones chuecas de La Habana. Ni qué decir de las perspectivas que ha traído 2017, con las Farc desarmadas y concentradas. Y con la implementación de los acuerdos en manos del Congreso actual y del que se elija, junto con el nuevo presidente, en 2018.
Pero no son solo los Uribe los que incitan tan buenos augurios. Se lee en una revista de este diario, especial para Colombiamoda, página 11: “Un mundo aparte dentro de Medellín”. Oficinas, mall y lofts respaldados por el grupo Hilton. Comienza la obra de “un proyecto único”.
Y otras empresas poderosas de hipermercados y tiendas por departamentos expanden centros comerciales en Medellín, Barranquilla, Cartagena, Villavicencio. Hay confianza, hay planes, hay perspectivas. Ningún megagrupo de estos da puntada sin dedal.
Con señales tan claras, que llegan incluso de los más acérrimos opositores al proceso con las Farc y de los propagandistas más experimentados del desastre, creamos que sí es posible otro camino.