“Venezolano rima con hermano”
No fue hace mucho tiempo, para dar más indicaciones, fue hace un siglo, cuando los Estados Unidos recibió a cerca de 1 millón 300 mil extranjeros al año, que huían de las guerras en sus países de origen. Acto seguido, se incluyeron en el desarrollo como mano de obra para construir codo a codo infraestructura, progreso industrial y desarrollo tecnológico en el caso de las personas más calificadas.
¿Por qué no aprendemos y miramos al norte, para acoger a la población que está emigrando de Venezuela e incluirla en el desarrollo del país? Para este año se calcula que han llegado cerca de 1 millón de personas provenientes de Venezuela de las cuales el 75% están en edad económicamente activa.
El nombre de esta columna lo tomé prestado de un programa que está realizando Comfama, con el cual está ayudando a venezolanos en la ubicación laboral en empresas antioqueñas. Hace 15 días que fue la primera jornada, tenían un número de vacantes de empleo, aparecieron cerca de 1700 personas que hicieron filas desde la noche anterior, por lo que la Caja de Compensación Familiar de Antioquia tuvo que abrir las puertas de su bodega en el Perpetuo Socorro para que pasaran la noche viendo una película y comiendo algo.
Aunque hay muchas voces que critican la asistencia brindada a los migrantes venezolanos, esgrimiendo como argumento que aquí también hay pobres y hay muchas necesidades. Sólo les puedo decir que se trata de una tragedia humanitaria que involucra personas que también comen arepa, con las que compartimos Historia, idioma, creencias y hasta cultura. Hace unos meses, fue la misma peluquería a la que voy en el sector Estadio, donde la mayoría de peluqueras son de Venezuela. Le pregunté a una de ellas que había acabado de llegar de su tierra, y me dijo una frase que me ocasionó unas lágrimas que se camuflaron en mi dolor por la depilación: “Parece un pueblo fantasma, y los poquitos que quedan se están viniendo”.
Según el estudio ‘Misión Colombia envejece’ publicado hace 2 años por la Fundación Saldarriaga Concha, se nos está acabando el bono demográfico, que no es más que la presencia de población joven en el país. Es lo que le pasa a países como Japón, donde parece que se venden más pañales para adulto que para bebés. En el caso de Colombia, los mayores de 60 años en el país están creciendo a razón de 255.000 por año. Para 2050 se estima que el 20% de la población del país sea mayor de 80 años. Esto se da por el aumento de las condiciones de vida y la cobertura en educación superior de las mujeres, quienes retrasan o disminuyen su decisión de ser mamás biológicas. ¡Que a nadie si quiera se le ocurra pensar que las mujeres no podemos educarnos porque amenazamos la natalidad del país! ¡La inclusión social y económica de las mujeres es y será una de las más grandes conquistas de la dignidad humana!
El 70% de la población inmigrante dice que se quiere quedar. La población venezolana con sus jóvenes y niños nos ayudan a cubrir el bono demográfico. Confío en el buen uso que les dé el gobierno nacional a los dineros que la comunidad internacional está destinando para atender la situación de la población migrante de Venezuela.
Incentivando el emplazamiento de empresas nacionales e internacionales, intensivas en mano de obra, que puedan generar empleos, el desarrollo de proyectos de infraestructura y construcción, que además de dar oportunidades de desarrollo y equipamiento para el país abran oportunidades laborales.
Respecto a la actitud con los inmigrantes, tenemos dos espejos en la Historia cercana en los cuales podemos mirarnos: nos comportamos como Alemania en la mitad del siglo XX cuando sacó y se “deshizo “ a su manera de los judíos; o somos como Estados Unidos, quienes a principios del siglo pasado incorporaron la mano de obra inmigrante para la construcción de su desarrollo futuro.