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Visitando a Lenin (Así han extorsionado el Eln y las Farc, desde Venezuela. Parte 1)

19 de febrero de 2018

En las siguientes líneas soy la voz (verdadera, directa y fiel) de un empresario instalado en Arauca capital, hasta 2016. Así se les pagaba vacuna a las Farc y se le paga hoy al Eln, en territorio de Venezuela:

“Mientras estuve allí había que cruzar cada mes la frontera, por Arauquita, para pagarle la vacuna a la guerrilla en territorio venezolano. A las Farc les llevaba más de 60 millones mensuales. Al Eln, más de 70. Mejor no dar cifras exactas. Los llevaba contados en fajos de 5 millones, bien ajustaditos en un sobre del tamaño de uno de manila.

Llegábamos al río por Arauquita. Ahí nos cruzaban en bote a la otra orilla. Nos recibía la Guardia Nacional Venezolana. La primera parte de la rutina era quitarnos la ropa. Se dejaba todo, incluidos celulares, llaves, lapiceros, relojes, billeteras, zapatos. Evitaban que estuviera escondida alguna cámara o grabadora. También nos requisaban entre los calzoncillos. Luego nos vestían con overol y botas.

La Guardia Venezolana nos escoltaba hasta ciertos potreros y ahí sabíamos que estaban los “caminaderos” (senderos) para llegar a “las oficinas”, unos lugares donde atendían los comandantes. Al ir entrando uno veía los anillos de seguridad. Luego se llegaba al punto y ahí estaba el jefe guerrillero con un secretario y unos cinco escoltas.

El del Eln era alias “Lenin”. Algo parecido al fallecido cura “Manuel Pérez”, con el mismo aire: delgado, barba bien cortada, gafas, locionado, manicura. Como un “postre”, impecable en su uniforme. Con él a veces estaba “Garganta”, de cuyo cambuche una vez vi salir a una mujer del nivel de cualquiera de las mejores modelos de Bogotá o Medellín.

Lenin y su ayudante mantenían asentada una “contabilidad” juiciosa de todos los pagos que hacíamos. Era culto, y siempre al llegar tenía alguna pregunta sobre hechos de actualidad. En las “salas de espera” de las Farc o del Eln había neveritas con Gatorade, cerveza Polar o whisky. Sobre el computador, Lenin mantenía un libro, sin falta. Alguna vez vi la contraportada de uno y era en inglés. Sin duda, Lenin era más formado que alias “Pipas”, el jefe de las Farc al que tenía que ir a visitar en otro sitio, también en territorio venezolano. Pipas escribía “miyones”.

Estando con Pipas, se me ocurrió preguntarle —era 2016, en plena recta final del proceso de paz— que si ya que “Timochenko” había anunciado que los frentes de las Farc no extorsionarían más, pues no había que volver por allá... Y Pipas me contestó: deje de ver Caracol y RCN. Vea más bien Telesur. A este me lo dejan de último para atender, que le falta adoctrinamiento.

Y efectivamente me dejó amaneciendo allá”.

Próxima semana: al Eln le conviene que Maduro cierre la frontera, porque queda con el monopolio del contrabando.