Voto en conciencia
El SI y el NO es la disyuntiva entre dos vías para superar la crisis espiritual que nos rompe como seres humanos en Colombia. La integridad de cada uno de nosotros se juega en este voto.
El Evangelio hoy trae elementos de la paz de Jesús que nos ayudan a clarificar la decisión individual. Llama a la libertad frente a familiares y amigos cuando se trata de ser auténticos. Recuerda otros pasajes de la paz de Jesús: “Les dejo mi paz que no es como la del mundo. A ustedes los llevarán a los tribunales y los perseguirán. Habrá quienes al matarles piensen que dan gloria a Dios”. Es la cruz de su entrega por los demás sin la cual no es posible seguirle. El Salmo y el Libro de la Sabiduría invitan a tener perspectiva: La vida es corta. Se va rápido, y solo nos llevamos el amor dado y nuestra contribución a la realización de los demás.
Ante un asunto de tanta gravedad, siento la responsabilidad de expresar públicamente mi opción individual, que no compromete a ninguna institución; y de dar las razones de la misma. No para imponer a nadie esta opción, ni para excluir ni considerar menos buenos a quienes piensen distinto, sino para contribuir al discernimiento colectivo en el que cada uno tiene que hacerse su propio juicio moral. Yo voto por el SI.
Lo hago en total respeto por las personas, los argumentos y las intenciones de quienes voten lo opuesto. Acepto de antemano el resultado del plebiscito, y lo hago en mi fe en Dios que actúa en los avatares de nuestra sociedad. Mi voto es el resultado del análisis de los textos que puede hacerse de muchas maneras, y de haber vivido durante más de 30 años el contexto que me da elementos para interpretar el texto desde las víctimas de todos los lados.
No tengo espacio en esta columna para presentar mis razones para el SI, enriquecidas por centenares de amigas y amigos que rechazaban la violencia de todos los lados y murieron esperando la paz. He dado esas razones en muchos escenarios públicos porque me siento obligado a ello. Soy perfectamente consciente de la magnitud de las tareas que tendremos que enfrentar para que la verdad, la no impunidad, la reparación de todas las víctimas y la no repetición se conviertan en realidad. Conozco las preguntas y temores de muchos pero no tengo miedo y estoy claro en conciencia de que así debe ser mi voto.
Quiero advertir, con todo respeto por las personas nombradas, que al tomar esta opción no me importa para nada el futuro político del presidente Santos, ni el futuro político del expresidente Uribe, ni el futuro político de las Farc; me importa solamente el que podamos vivir como seres humanos.