Qué me funcionó

Vendía limones y creó notaría digital: ahorra 95% en trámites

Santiago Montoya, cofundador de AUCO, salió de Sonsón por la violencia, vendió limones en Corabastos y ahora lidera su propia plataforma que ofrece soluciones empresariales y opera en 12 países.

Periodista, apasionado por la historia, la geopolítica y los documentales. Hago preguntas desde que tengo uso de razón. Egresado de la Universidad Eafit.

hace 16 minutos

Se estrenó la miniserie ¿Qué me funcionó?, un proyecto de EL COLOMBIANO en colaboración con Ruta N, para conocer la historia de emprendedores paisas que han logrado transformar la adversidad en oportunidad. En esta entrega, Santiago Montoya, cofundador de AUCO, cuenta cómo pasó de vender limones en Corabastos a liderar una plataforma de notaría digital que hoy opera en 12 países y atiende a más de 400 empresas.

Santiago está aquí porque nos va a contar de su emprendimiento. Cuéntanos de qué se trata, qué han logrado y luego vamos con tu historia.

“Nosotros desarrollamos un software que permite a las compañías manejar la documentación en todos los procesos. Desde que se crea un documento, como cuando vas a un banco y te entregan un formulario enorme que nadie entiende, nosotros automatizamos ese formato para que lo diligencien los clientes o empleados de la empresa y después se firme digitalmente. Para que la gente no se enrede al firmar, lo hacemos por WhatsApp o por correo electrónico”.

¿Esos son de los que uno hunde un botón que dice ‘firme aquí’ y ya queda firmado?

“No. En Colombia ese tipo de firmas no tienen un valor jurídico importante. Aquí hay que validar identidad. Es decir, Luz debe demostrar que Luz es Luz. ¿Cómo lo hacemos? Por WhatsApp pedimos una foto de la cédula y si alguien manda otro documento, el sistema rechaza. Si envían una fotocopia a color, detectamos que no es el original. También validamos que la persona esté viva, porque incluso se han intentado usar documentos de fallecidos”.

Entonces, ¿ustedes son como una notaría también?

“Somos como una notaría digital, aunque las notarías tradicionales no nos ven con buenos ojos”.

Claro, porque sienten que ustedes les están quitando trabajo.

“Sí, porque hoy todos los documentos jurídicos que hacen las personas se pueden realizar por AUCO, sin necesidad de ir a una notaría”.

¿Y por qué se llama así?

“Tiene dos significados. El bonito es ‘Automation Code’, automatización de código. Y el otro es más simbólico: cuando la creamos dijimos que esto era como el oro colombiano. El símbolo del oro es ‘AU’ y Colombia es ‘CO’. Así nació AUCO”.

¿Cómo surge la empresa, siendo de Sonsón?

“Sí. Soy de Sonsón, de familia sonsoneña. Mi papá es de una vereda que se llama El Brasil. Y mi socio también es de Sonsón”.

¿Cómo llegó a manejar este tipo de empresas?

“Somos dos personas de Sonsón que llegamos a Medellín en medio de la violencia. Ambos empezamos trabajando en cosas distintas. Mi socio fue el más golpeado: perdió a su papá en la violencia y le tocó salir casi corriendo de Sonsón, sin dinero. Mucha gente cree que solo los ricos huían, pero también quienes no tenían nada salían por miedo, dejando sus tierras y casas. Yo llegué con mi familia buscando oportunidades. Mi mamá empezó como costurera, mi papá como conductor de bus, y poco a poco nos fuimos levantando. Ese espíritu paisa de negociar y emprender siempre estuvo ahí. Hoy tanto mi familia como la de mi socio podemos decir que fuimos afortunados”.

¿Y cómo pasaron de esas vivencias familiares a crear empresa?

“Mi socio empezó vendiendo limones en Corabastos, en Bogotá. Yo trabajaba en una ferretería. Con el tiempo, descubrimos la pasión por la tecnología y decidimos aprender programación. No teníamos plata para universidades privadas, así que fue a punta de cursos, tutoriales y mucho ensayo-error. Un día dijimos: si la gente pierde tanto tiempo en trámites, ¿por qué no crear algo que lo resuelva? Así nació la idea de AUCO”.

Hoy hablan de clientes internacionales. ¿Cómo lograron dar ese salto?

“El primer paso fue en Medellín. Nos acercamos a Ruta N, que nos abrió puertas, nos conectó con inversionistas y nos dio mentoría. Después participamos en convocatorias de innovación y eso nos permitió mostrar el software en otros países. Hoy estamos en 12 naciones, con más de 400 clientes, desde pymes hasta multinacionales que usan AUCO para ahorrar tiempo y dinero”.

¿Cuánto se ahorra una empresa con AUCO?

“Un 95 % en costos de trámites y hasta un 80 % en tiempo. Antes alguien podía gastarse una semana firmando un contrato, ahora lo hace en minutos desde su celular”.

¿Y cómo han recibido ustedes la reacción de notarías y autoridades?

“Con resistencia. Las notarías creen que les quitamos trabajo, pero la verdad es que ayudamos a descongestionar procesos. Hoy en Colombia hacer un trámite notarial puede ser lento y costoso. Nosotros lo hacemos más rápido, más barato y más seguro. La ley ya reconoce la validez de estas firmas digitales. Lo que falta es que las instituciones se adapten”.

¿Cómo visualizan el futuro de AUCO?

“Queremos consolidarnos en América Latina y llegar a Estados Unidos. Pero lo más importante es seguir demostrando que desde Medellín se pueden crear soluciones globales. Somos dos muchachos de Sonsón que un día soñaron con hacer las cosas más fáciles. Hoy ese sueño se convirtió en una realidad para cientos de empresas”.