Twittercrónica

Un espacio para unir a la niñez

El Festival de Festivales no es una competencia, es la celebración del deporte y la amistad.

Comunicadora Audiovisual y Multimedial. La fotografía y la radio acompañan mi pasión por el periodismo digital. Community Manager en El Colombiano.

16 de enero de 2015

Para la Twittercrónica de esta semana recorrimos la Unidad Deportiva Atanasio Girardot donde, por estos días, se celebra la quinta versión del Festival de Festivales.

Es indescriptible la sensación que se siente al poner pie allí, pues las barras de quienes alientan a los niños desde las tribunas de la Cancha Marte Uno, el Coliseo Iván de Bedout y el Coliseo Yesid Santos te conectan inmediatamente con este espectáculo del deporte infantil.

El recorrido lo iniciamos en “la Marte”, como es conocida la cancha de fútbol que desde hace 30 años recibe a niños y niñas de diferentes regiones colombianas en el Ponyfútbol, evento que se expandió a otros deportes y le dio paso al Festival de Festivales. En el momento de nuestra visita se jugaba un partido entre los equipos de Andes y Trinidad, en el que llamaba la atención el cabello de los jugadores del suroeste, todas las cabezas lucían la misma tintura rubia.

El coliseo de tenis de mesa, donde se realiza el torneo “Baby” de este deporte, recibió este año a más de 200 participantes entre los 8 y 13 años de edad, entre los que se encuentra Juan Pablo Arbeláez, oriundo de Rionegro, considerado una de las jóvenes promesas de este deporte en Antioquia.

Para Juan Pablo, el tenis de mesa, más que un deporte, es una forma de vida sana que le permite alejarse de los malos vicios y ser mejor persona. “Me gusta porque convivo con mis amigos y estoy entretenido. Lo practico hace dos años y me ha enseñado que lo importante no es ganar sino participar y divertirse”, explica, y agrega que su sueño es llegar a la Selección Colombia.

El punto final del recorrido fue el coliseo de voleibol Yesid Santos, donde nos encontramos con Jairo Alberto Niño, o “el ruso”, como le dicen sus amigos. Él viene a Medellín desde la ciudad de Saravena, Arauca.

De sus 11 años, “el ruso” lleva cinco en el voleibol y, según su entrenador, es el fundador del equipo. Sus padres lo acompañan por primera vez este año luego de gestionar recursos desde el mes de octubre de 2014.

Luz Omaira Lizarazo, su madre, no puede ocultar las lágrimas al manifestar que mientras a Jairo le siga yendo tan bien en este deporte, lo van a apoyar en lo que necesite, pues es su motivo de orgullo