Encuentran agujero negro errante en galaxia cercana a la Vía Láctea, ¿qué revela este descubrimiento?
El hallazgo, publicado en Science, confirma por primera vez de forma clara la existencia de un agujero negro desplazado casi un kilopársec de su centro galáctico, ofreciendo pistas sobre cómo crecieron los agujeros negros en el universo primitivo.
Astrónomos liderados por el Observatorio Astronómico de Shanghái descubrieron un agujero negro errante en una galaxia enana cercana a nuestro Sistema Solar, exactamente está situado a unos 230 millones de años luz de distancia.
A diferencia de los agujeros negros típicos, este no se encuentra en el centro galáctico, sino que está desplazado casi un kilopársec y emite chorros de radio. Este agujero negro extranuclear, in situ, con acreción y chorros, hallado en una galaxia enana cercana, es uno de los casos más cercanos y convincentes confirmados hasta la fecha.
El descubrimiento, publicado en la revista Science, refuerza la idea de que el crecimiento de los agujeros negros no se limita a los centros galácticos, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo los agujeros negros supermasivos pudieron crecer tan rápidamente en el universo primitivo.
En la imagen común del cosmos, los agujeros negros suelen considerarse el “corazón” de las galaxias. Sin embargo, un número creciente de observaciones muestra que algunos agujeros negros no permanecen obedientemente en el centro galáctico. En cambio, se desplazan, vagando por el disco galáctico o sus alrededores. Estos agujeros negros desplazados se denominan agujeros negros errantes, como viajeros perdidos que vagan a la deriva por el universo.
¿Por qué buscarlos en galaxias enanas?
Las galaxias enanas tienen masas menores y una historia evolutiva relativamente más simple. Actúan como “fósiles cósmicos” que preservan pistas sobre el crecimiento temprano de los agujeros negros. La teoría predice que el retroceso gravitacional tras las fusiones de galaxias, o las interacciones que involucran múltiples cuerpos, puede expulsar fácilmente a los agujeros negros de los pozos gravitacionales poco profundos de las galaxias enanas, dejándolos vagando a miles de años luz de distancia.
Algunas simulaciones incluso sugieren que una fracción considerable de los agujeros negros de galaxias enanas podría estar desplazada casi un kilopársec (unos 3.000 años luz). Sin embargo, durante mucho tiempo, se ha carecido de evidencia observacional directa e inequívoca.
El estudio, dirigido por el Dr. AN, se centró en una galaxia enana llamada MaNGA 12772-12704, ubicada a tan solo unos 230 millones de años luz de la Tierra. Utilizando datos de unidades de campo integral del sondeo Mapping Nearing Galaxies at Apache Point Observatory (MaNGA), descubrieron que esta galaxia exhibe débiles firmas de núcleo galáctico activo (AGN).
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Aunque su morfología general es regular y no muestra signos evidentes de fusión ni de un AGN doble, destacó una característica clave: la emisión de radio asociada está desplazada del centro geométrico de la galaxia en casi un kilopársec (kpc).
Observaciones posteriores con el Very Long Baseline Array (VLBA) a 1,6 y 4,9 GHz revelaron que la fuente se encuentra a 2,68 segundos de arco del centro galáctico (equivalente a 0,94 kpc), con una temperatura de brillo del núcleo de radio superior a mil millones de kelvin. A 1,6 GHz, detectaron una estructura en chorro que se extiende unos 2,2 parsecs (7,2 años luz) hacia el sureste. Estas son características típicas de los AGN.